Diego Luna: «El nacionalismo alimenta la peor versión de nosotros mismos»

El actor mexicano Diego Luna cree que «la polarización ha crecido» en España y Latinoamérica, debido sobre todo a movimientos nacionalistas en ascenso a ambos lados del Atlántico, algo que «alimenta la peor versión de nosotros y no nos deja ver ni encontrarnos en el otro», advierte en una entrevista con Efe.

Frente a ello, Luna aboga por «empezar a hablar de lo mucho que ya hacemos y la cantidad de oportunidades que estamos dejando», cuestiones que se abordan en el episodio de «Pan y circo» que se estrena este viernes en Amazon, en el que personajes ilustres se sientan en una misma mesa a cenar y debatir sobre temas de actualidad con Luna como anfitrión.

El artista, que quiere aclarar que «América Latina son veinte territorios de una diversidad brutal» y que «se tiende a cometer un error cuando se habla de la relación España-América Latina», remarca que este nuevo especial «cree en el enriquecimiento de integrar posturas diferentes» sobre temas controvertidos.

En esta ocasión, se debaten la integración de los migrantes latinoamericanos en España o la necesidad de pedir disculpas por las masacres cometidas en la conquista española del subcontinente.

A la habitual cena-debate (que en esta ocasión contará con personalidades como la periodista peruana Gabriela Wiener o los escritores español José Andrés Rojo y mexicano Jorge Volpi) se han unido entrevistas a figuras en contacto con ambos lados del océano como el chef vasco Diego Guerrero, el periodista argentino Martín Caparrós, el director español Fernando Trueba o el cantautor Joaquín Sabina, de la misma nacionalidad.

«Una frase como la que dice Diego (Guerrero) sobre los ingredientes de la tortilla de patatas lo explica todo», afirma Luna en referencia a las palabras del chef («¿la tortilla de patatas no es fusión o qué?»), que evidencian el mestizaje cultural, también presente en la vida de Drexler, uruguayo residente en Madrid, de padre alemán y madre uruguaya.

Diego Luna subraya la importancia de que «se empezara a hablar de lo mucho que ya hacemos y la cantidad de oportunidades que estamos dejando», en referencia a la falta de cohesión entre territorios, e insiste en «la distancia en cómo se cuenta la historia», algo que remarca Wiener en «Pan y circo» al hablar de una mentalidad colonizada latente en el inconsciente latinoamericano.

El actor considera que «en las últimas décadas más que nunca México tiende mucho a mirar al norte y España a Europa» y señala su vinculación con este último país, con el que ha mantenido un «intercambio cultural muy activo» desde que de niño venía acompañando a su padre (el arquitecto y escenógrafo Alejandro Luna) en las giras.

«La primera cosa que hice en cine fue un corto que se llamó ‘El último fin de año’ que ganó en el Festival de Cine de Huesca», rememora mientras entrelaza recuerdos de amistades formadas en España o jornadas del Festival de Cádiz y el Zinemaldia de San Sebastián, al que le reconoce ser un festival «que siempre recibe al cine mexicano».

Estos días (entre el 25 de junio y el 10 de julio), el mexicano precisamente interpreta en la Sala Max Aub de Naves del Español en el Matadero de Madrid su primer monólogo, «Cada vez nos despedimos mejor», una pieza de humor negro sobre el amor, el destino, la pérdida y las relaciones contemporáneas. EFE