No se dejan ayudar

Ma. Isabel Cordero

Luego de la ola de racismo y discriminación que despertó en el Paro Nacional, llegan profundas reflexiones por parte de quienes gritaban: indios de m…  No podíamos esperar menos, los seres humanos somos complejos, y otras cosas más graves, sobre todo cuando nuestro criterio se forma de lo que dicen las redes sociales, en los juegos de cartas, o en el tecito con las amigas.

En el Ecuador 8 de cada 10 personas es pobre, vive con menos de dos dólares diarios, no cuentan con servicios básicos. Los niños que nacen en estas circunstancias sufren de desnutrición crónica, irán a la escuela y no podrán aprender, no tendrán oportunidad de ir a la universidad. El círculo de pobreza, violencia y marginación se repite. Esta es la realidad, y quien no la ve, es porque no quiere hacerlo.

Decir que el pueblo indígena es pobre porque quiere, que no se deja ayudar, que se aisla, no solo es ignorancia, es repetir el discurso del sistema de explotación y consumo en el que vivimos, es justificar y normalizar la pobreza, es excluir, y cuidado con eso, porque es pecado. (O)