Dinamizar la economía

El pueblo ecuatoriano aún se sobrepone de las secuelas del paro organizado por la Conaie y sus afines.

Todavía hay escasez de varios productos básicos. Los precios de otros siguen elevados. A lo mejor nunca bajen. La cadena de intermediación sigue intacta.

El sector empresarial: grande, pequeño y mediano, hace esfuerzos para asimilar las pérdidas, irrecuperables la mayoría, y salir adelante.

Mientras, el Gobierno no tiene respiro para afrontar otros problemas y resolverlos. El de la salud, por ejemplo.

Su atención se centra, por ahora, en analizar cómo cumplir el acuerdo suscrito con la Conaie. Comienzan a funcionar las “mesas técnicas”; pero, según se conoce, hará falta información precisa, real, técnica, legal incluso, para viabilizar las demandas.

Al mismo tiempo se ve impelido por mover la economía casa adentro. La reactivación tras los paros de 2019 y de 2022, ni se diga de la pandemia, necesita la inyección de recursos. No solo de los provenientes del Estado, sino del sector privado, ni se diga de inversionistas extranjeros, si bien el panorama para estos no sea tan halagador; pues el riesgo país es altísimo, y el clima político tampoco luce favorable.

En tal contexto, el nuevo Ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, se ha comprometido a acelerar el gasto en salud, educación y obra pública en este segundo semestre de 2022, sin desentenderse de las metas fiscales previstas para el mismo lapso.

Uno de ejes para tal propósito es trabajar para mejorar la ejecución presupuestaria en las entidades públicas.

En los ministerios de Salud, Educación y Obras Públicas, según ha cuestionado Pablo Arosemena, hay ejecuciones presupuestarias de apenas el 30 y 40 %.

Al mismo tiempo, Finanzas debe pagar a proveedores del Estado, al IESS, a municipios, consejos provinciales, juntas parroquiales. Lo hará según un cronograma mensual. Eso permitirá dinamizar la economía.