Alto nivel delictivo

Dos informaciones confirman el alto nivel delictivo en Ecuador. No se relacionan con la “delincuencia común”, sino con el narcotráfico, si bien en una de ellas la investigación determinará su maridaje con este execrable negocio.

De acuerdo al informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga (Unodc), Ecuador es el tercer país en el mundo con más cocaína incautada.

Para algunos incautos el volumen incautado es una buena señal. Al contrario, revela la multiplicación acelerada del negocio sucio en los últimos años.

Bien por la Policía Nacional, cuyas fuerzas especializadas han asestado duros golpes al narcotráfico internacional.

Ecuador ya no es solo el corredor por donde pasa la droga producida en Colombia. Es el centro de acopio y con rutas definidas, siendo el de Guayaquil el mayor puerto de embarque hacia los Estados Unidos, Europa y Asia.

Las consecuencias son conocidas: crímenes, la mayoría al estilo sicariato, lavado de activos, penetración en la justicia, en la política, y hasta en las fuerzas del orden.

¿Cómo salir de esta ruindad? La respuesta la tiene el Gobierno. De alguna forma está enfrentando el problema. Por sí solo no puede hacerlo. Ha pedido apoyo en varios foros internacionales. Por ejemplo, en el de la Cumbre de las Américas, y directamente a los Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas.

La otra información, no menos espeluznante, es la detención de los ligados al grupo Pip Master a través de sendos operativos en varias provincias, incluyendo al Azuay. Habría armado una red de 15 empresas para captar y mover 41,3 millones de dólares.

Se trataría de una supuesta red de captación ilegal de dinero y de lavado de activos, si bien aparentaba dedicarse a inversiones en los mercados internacionales de valores. Ofrecía a sus clientes intereses entre el 160 % y el 300 % anual por sus inversiones.

La delincuencia de alto calibre es otra amenaza para la paz social del país.