Último adiós al “Rambo” cuencano

Valexor Homero Valverde Cabrera, de 58 años, era conocido como el “Rambo” cuencano. Foto Fabián Orellana

Cuenca.- Valexor Homero Valverde Cabrera, de 58 años, conocido como el “Rambo” cuencano, falleció el pasado 10 de mayo de 2022, pero su cuerpo perduró en un frigorífico del Centro Forense ante la inexistencia de familiares que cumplan con los trámites judiciales para retirar los restos mortales. Esto motivó a que, personas que lo conocían, especialmente de la parroquia Virgen de Fátima, se organicen y busquen la forma de dar la sepultura. Transcurrieron más de dos meses, hasta que, este 20 de julio se cumplió con la sepultura.

El “Rambo” cuencano era un personaje de la urbe que era identificado lastimosamente por haber caído en el mundo del alcoholismo. Hay personas que hace años lo calificaban de delincuente y coincidían que actuaba de forma violenta quizá para conseguir el dinero para adquirir la bebida. Por lo general, el “Rambo” frecuentaba la avenida Loja y pasaba acompañado de sus perros.

El sacerdote Ricardo Hugo, párroco de Virgen de Fátima, detalló que los trámites de identificación del cuerpo de Valexor Homero Valverde Cabrera, se efectuaron con ayuda de la familia Vera-Orellana y de agentes de la pastoral del sector; además se contó con el apoyo de Portales de Yanuncay que facilitó la sala de velaciones y servicios exequiales. Así, se llevó a cabo una eucaristía de último adiós y finalmente los restos mortales fueron depositados en el cementerio de Narancay Alto.

 

Entrevista

Diario El Mercurio, en abril de 2021, accedió a una entrevista con Valexor Valverde. En ese entonces él afrontaba el reto de su rehabilitación de la adicción al consumo de licor. Estuvo internado en un centro de rehabilitación.

“No existe la casualidad, todo tiene un propósito en la vida”, decía Valverde.

Comentó que buscaba la paz espiritual y estar bien con él mismo. Él fue reconocido porque siempre permanecía acompañado de varios perros sobre las aceras de la avenida Loja o en las cercanías del río Yanuncay. Contó que solo dos perros eran considerados como de él, porque los acogía con comida: el Lloroncito y la Llorona. “Rambo” solía recorrer las calles en busca de las panaderías que le brinden pan para su alimentación y la de sus mascotas.

A pesar de que él estuvo sumergido más de 30 años en el mundo del alcoholismo, Valexor tenía mente lúcida y recordaba de dónde se origina su apodo. Comentaba que en su juventud tenía el cuerpo más fornido y cabello ondulado, además poseía una casaca “milica”, similar a la que utilizaban los militares y que también vestía el reconocido actor en la película de Rambo. Los del barrio le decían eres igualito a Rambo. En ese entonces, la referida película era proyectada en la Casa de la Cultura, contaba.

Indicaba también que en su juventud o muchachada, como la calificó, eran frecuentes las broncas donde repartía y recibía golpes. “Yo nunca fui de esos que andaban con cuchillo, peor acuhillar o herir a alguien”, decía.

Con facilidad citaba a filósofos

El “Rambo” cuencano en una entrevista realizada en 2021, explicó que le gustaba la literatura y manejar filosofías de vida, por lo que no le era difícil citar las célebres frases de filósofos y autores de obras como Sócrates (Solo sé que no sé nada), Descartes (Me presento disfrazado), Gandhi (El buen ser humano es amigo de todo aquello que vive).

El “Rambo” cuencano esperaba tener la oportunidad de hacer cosas por el bien de los demás, especialmente por sus consentidos: los perros. (I)