Cuenca en la academia (VII)

Rincón de Cultura Jorge Dávila Vázquez

Hoy llegamos al fin de esta serie, luego de un breve intermedio.

Carlos Joaquín Córdova tuvo una larga y productiva vida (1914-2011). Fue Director de la Academia -en su tiempo, se llamaba Presidente-; investigador infatigable, publicó abundantemente sobre temas relacionados con la lengua y la literatura. Su obra más importante y vasta, EL HABLA DEL ECUADOR, Diccionario de ecuatorianismos, ¡de una riqueza y un conocimiento literario de la producción nacional en el campo de las letras, para la ejemplificación, admirables!

María del Carmen Candau de Cevallos (1924-2012), sobrevivió ocho años al gran Gabriel, su esposo. Juntos formaron una admirable pareja intelectual.

Ella era una gramática de altos quilates y una eximia maestra. Estuve en unos cursos que dictó en la Universidad y doy testimonio de que, escuchándola, todos los misterios de la lengua se simplificaban de forma impresionante. Fue autora de varias publicaciones especializadas y escribió también novela.

Teresita Crespo de Salvador (1928-2014), discreta, enemiga de la figuración y el ruido social y mundano del arte, fue una escritora de suma delicadeza, y figura clave y precursora de la literatura infantil y juvenil en el país.

Jacinto Cordero Espinosa (1925-2018), inmensa figura de la lírica cuencana y nacional, perteneció al grupo “Elan”, siendo uno de sus nombres más destacados. Parco en las publicaciones, todas las que hizo fueron de excepcional valor.

Juan Valdano Morejón (1939-2021) realizó una importante tarea de creación literaria, en el terreno del cuento y la novela, pero escribió ensayo y fue uno de los teóricos del Generacionismo en el país. Inició su producción en Cuenca, pero la mayor parte de ella la desarrolló en Quito, en donde vivió por largos años, desempeñando importantes funciones en el sector público, en el área de la Educación y la Cultura.

Eliécer Cárdenas Espinosa (1950-2021), pese a la continua proclamación de su origen cañarense, como vivió la mayor parte del tiempo en Cuenca, nos acostumbramos a sentirlo como un gran escritor nuestro. Destacó nítidamente en el campo de la novela y el cuento, pero ganó el premio “Aurelio Espinosa P.” con una pieza teatral. Su obra más conocida, pese a una producción novelística muy extensa, fue la mítica “Polvo y ceniza”. (O)