Los desafíos de un nuevo año

La tradición educativa en la Sierra y la Amazonía nos ha dejado el mes de septiembre como el del inicio de las actividades académicas en todos los niveles educativos.  Las aglomeraciones por matrículas, útiles y uniformes son parte de la conversación y de la cotidianidad de estos días.  Sin embargo, los desafíos no se limitan a las preocupaciones educativas y de logística.  Nada es típico después del confinamiento y las restricciones que la pandemia por COVID-19 ha generado; de manera quetanto para los representantes de los estudiantes como para los educadores y autoridades, este inicio representa una vuelta a las aulas con nuevas preocupaciones.

Las instituciones educativas, principalmente del sector fiscal y fiscomisional, han tenido que ajustar sus instalaciones que quedaron sin uso para volver a recibir a los estudiantes que estaban en modalidad virtual o híbrida.  Si las aulas y los espacios físicos son un desafío, el nivel académico de los estudiantes es un problema aún mayor.  Contenidos que fueron priorizados durante la pandemia tendrán que ser revisados por los docentes en una suerte de nueva configuración curricular que permita acoger las falencias que el aprendizaje virtual dejó.   Las necesidades educativas no son uniformes, razón por la cual la docencia se enfrenta a una diversidad que incluye también nuevasformas de aprender, nuevos recursos y métodos con la finalidad de llegar, sin rastro de discriminación o exclusión, a un grupo de 40 o 50 niños por aula.  

A esta carga académica y de infraestructura se le agrega la necesidad de docentes en las instituciones, problemática no resuelta todavía y que sigue siendo la frustración de un sistema público de educación en donde la buena voluntad y la vocación no son suficientes para resolver el escenario de un nuevo año.  

A esto se enfrenta el sistema educativo ecuatoriano. Un contexto en el que, sin embargo, no se han borrado sonrisas, ilusiones y optimismo en pequeños y jóvenes ante la expectativa de volver a los amigos, a las aulas y al pizarrón. A interactuar con maestros y compañerosquienes le permitan aprender en un ambiente digno y humano.