Guayaquil en contexto

Guayaquil, la ciudad más poblada del Ecuador, conmemora este 9 de Octubre 202 años de Independencia.

Es momento de ubicar la conmemoración en el actual contexto nacional.

Guayaquil sigue siendo el principal motor económico del país. Lo demuestran las grandes inversiones hechas en las últimas décadas. Empresas nacionales y extranjeras ven en esa ciudad la oportunidad para trabajar y dar trabajo. El mercado inmobiliario debe ser uno de los más altos del Ecuador.

En consecuencia, es uno de los polos de atracción de la migración interna del país. En ella confluyen miles de habitantes de las otras regiones en busca de oportunidades.

Empero, su crecimiento urbanístico escapó del control. Lo prueba la proliferación de suburbios a costa de invasiones, promovidas incluso por intereses electorales.

Como todas las grandes urbes metropolitanas, sufre de graves problemas sociales.

Solucionarlos es una tarea titánica, por ahora infranqueables, pese a los esfuerzos.

En la actualidad, la falta de controles a tiempo, las omisiones, a lo mejor a propósito, la indecisión política, la inmigración irregular, permitieron la penetración de los cárteles del narcotráfico.

Las consecuencias son fatales. Guayaquil vive el peor momento en cuanto a seguridad. Poner coto a esta situación debe ser una prioridad del Gobierno, con apoyo de la autoridad municipal, del sector productivo, entre otros.

El desarrollo integral de una ciudad no solo se mide por la infraestructura construida, por la inversión privada; también por la dotación de servicios básicos a amplios sectores populares, ni se diga por la seguridad, garantía de paz social.

En lo político, es la base electoral de ciertos partidos y movimientos, si bien uno solo predomina durante tres décadas sin mayor inventario popular.

Ejercer el poder local de esa ciudad es la máxima ambición de los políticos. Es la catapulta para llegar a Carondelet.

Guayaquil merece proyectarse enfrentando sus problemas de fondo, una meta dura, pero urgente a la vez.