Política y femicidio

Análisis político

Marco Salamea Córdova

A propósito del horrendo femicidio ocurrido hace días en la Escuela Superior de la Policía Nacional, dado el carácter político que tiene el femicidio como fenómeno social, resulta oportuno un breve análisis al respecto.

Toda relación humana o social se basa en relaciones de poder, es decir, es una relación donde una persona o algunas tienen la capacidad de imponer su voluntad.

Y si hay poder, hay política, pues esta es la actividad que realizan las personas para ejercer y mantener el poder.

En las relaciones sociales que se dan entre hombres y mujeres, como por ejemplo una relación de pareja, es generalmente el hombre quien tiene el poder; esto debido, sobre todo, al carácter patriarcal y machista que caracteriza a nuestras sociedades.

Se trata de un poder para cuyo ejercicio, muchas veces, se hace uso de la violencia; una violencia que puede ir desde la violencia verbal hasta la violencia física, violencia esta que en el extremo puede terminar en femicidio.

La violencia, entonces, cuando es un medio que usa el que ejerce poder es una violencia política, y por lo tanto debe ser abordada y enfrentada precisamente en el espacio de lo político y lo público, esto es, en el espacio de las leyes e instituciones de la sociedad.

En el caso de Ecuador, la Constitución y otras leyes amparan a la mujer agredida y tipifican como delito la violencia contra ella.

Sin embargo, más allá de lo legal, el tema de fondo para resolver este tipo de violencia pasa por transformar las mentalidades de las personas, sobre todo las de los hombres; pasa por combatir la cultura machista predominante, y por replantear las relaciones entre hombres y mujeres en términos de equidad y, por ende, de democracia.

Es decir, la democracia no debe ser vista sólo como una forma de régimen político, propia del Estado; sino como una forma de vida social que tiene que comenzar desde el hogar y la vida íntima.

Sólo así podremos vivir en una sociedad realmente humana.

Hasta tanto, resulta fundamental que la Justicia actúe para castigar con todo rigor a los femicidas; y, que en el caso del femicidio de María Belén Bernal, por conllevar responsabilidades directas de una institución estatal, este crimen sea juzgado y sancionado como FEMINICIDIO. (O)