El “SNAI”

Francisco Chérrez Tamayo

Esta entidad ecuatoriana de “Servicio nacional de atención a personas privadas de libertad y adolescentes infractores”, fue creada en la presidencia de Lenin Moreno, en noviembre del 2018. Su MISIÓN con la que fue fundada reza textualmente: “atender integralmente a las personas privadas de la libertad y adolescentes infractores, desarrollando sus habilidades y destrezas, como ejes del tratamiento, para su reinserción en la sociedad”. Estamos conscientes que la importancia de la rehabilitación social es un tema muy delicado, ya que es muy difícil, sobre todo en nuestro país, conseguir que las personas privadas de libertad tengan la oportunidad de reinsertarse en la sociedad, siendo entes productivos, e incluso generadores de empleo a otros ciudadanos. Pero tampoco creemos que el cambio de directores de esta entidad, cada vez que haya un levantamiento de los presos sea la solución. Esto queda totalmente demostrado con las 9 revueltas, y los 368 asesinatos que se produjeron en las cárceles del país, entre el año 2021 y lo que va del 2022. En el último enfrentamiento sangriento entre reos, en la penitenciaría de Guayaquil se recuperaron 13 cuerpos de internos fallecidos, del total de 29 asesinatos; las otras muertes se produjeron en la cárcel de Cotopaxi. Nos llama la atención y nos sorprende, por decir  lo menos, que en aproximadamente 18 meses se hayan dado 5 cambios de directores en el SNAI; el último nombramiento es del del ex comandante de policía Guillermo Rodríguez, con una aparente acrisolada  hoja de vida; le precedieron en el cargo Edmundo Moncayo, Fausto Cobo, Bolívar Garzón y pablo Ramírez, que según sus currículos y experiencia en seguridad, inteligencia y administración pública, nos cifraban esperanzas de que en algo íbamos a solucionar este álgido problema que azota al país;  hay que recordar que uno de ellos solo duró 47 días en el cargo. El flamante director, al igual que sus antecesores, promete profundizar las estrategias para desmantelar las estructuras criminales arraigadas en las cárceles. ¡Los cambios en el SNAI se dan más que en un partido de fútbol! ¡La verdad es que el país es un barco a la deriva, sin capital ni timonel, es inminente su naufragio! (O)