“La realidad educa”

Jorge F. Durán L.

¿Quién acuñó esta frase? Nada menos que el presidente Guillermo Lasso durante su entrevista con Carlos Vera.

Lo dijo al ser puesto sobre las cuerdas cuando Vera le recordó una de las tantas ofertas hechas en calidad de candidato.

La realidad, sí, la realidad; esa realidad que ni candidatos ni electores se dan tiempo para analizarla. Acaso ni siquiera les importa.

Los candidatos –ojo que estamos a las puertas de una nueva campaña electoral- ¿conocen la realidad del país o de una ciudad si quieren ser presidentes de la República o alcaldes?

Interpretando la frase de Lasso, la realidad desnuda a quienes llegan al poder. Los despelleja. Los deja en pelotas.

¿Tienen alguna utilidad los planes de trabajo entregados por los candidatos al CNE para ser inscritos?

A más de ser unos adoquines que nadie lee, peor en tiempos en los que ya casi nadie lee, son listados de buenas intenciones, los más “dados haciendo” u obtenidos del “rincón del vago”, y para nada ajustados a la realidad.

Los candidatos dicen no más cualquier cosa; ofrecen no más cuanto se les ocurra para conseguir votos.

Como que aún vivimos en épocas en las cuales se ofrecía construir puentes donde no había ríos; donde todavía asoman personajes pintorescos como don Eusebio Macías; o hasta se promete obsequiar talco para cangrejos escaldados.

Eso le pasó a Guillermo Lasso. Dijo no más cualquier cosa. Y ahora no lo puede cumplir. Ah, señor presidente, ahora se justifica señalando que la “realidad educa”. Al menos lo reconoce.

Claro, hablarle al pueblo de lo que se hará en base a la realidad, dura, durísima en la mayoría de los casos, es un suicidio político. Eso no consta en los manuales de cómo ganar una lección, ni lo sugieren los agenciosos comunicólogos.

¿No le ocurrió eso a Mario Vargas Llosa cuando fue candidato a la presidencia del Perú? ¿No es la realidad la que les está despertando a los “progresistas” Gustavo Petro en Colombia y Gabriel Boric en Chile, otrora sembradores de incendios, ahora a punto de cosecharlos?

Los candidatos primero deben educarse en realidad, antes que la realidad les termine educándolos. Como que suena mal ¿verdad?; pero como que así es; ¿o no?

Pero si eso es grosero, grotesco, también lo es la actitud del pueblo, que no sabe, o se hace, o no le importa inteligenciarse sobre la realidad.

Por eso, a veces actúa como un masoquista, es cómplice de la corrupción porque vota por corruptos, endiosa a los entontecidos por el poder, se deja manipular, se deja ser masa de votos para beneficio de unos pocos vivos, y después se declara jodido. (O)