El cáncer podrá curarse, pero aparecerán otras enfermedades mortales

En el futuro todos los tipos de cáncer podrán curarse, pero surgirán en su lugar enfermedades mortales que ahora desconocemos, dice en una entrevista el oncólogo argentino Eduardo Cazap, fundador de la Sociedad Latinoamericana de Oncología Médica (SLACOM).

El médico participa en el Congreso Mundial para el Control del Cáncer, que se celebra en Ginebra y que está organizado por la Unión Internacional para el Control del Cáncer, que el propio Cazap fundó y presidió entre 2010 y 2012.

PREGUNTA: ¿Dejará de ser el cáncer una enfermedad mortal en el futuro?

RESPUESTA: Podrá curarse cualquier cáncer, sí, pero la mala noticia es que aparecerá alguna otra enfermedad, que todavía no conocemos, para reemplazarlo. Es parte de la historia de la humanidad, es la parte genética de las especies, y está feo decirlo, pero hay un sistema para controlar la cantidad de habitantes en el globo cuando llega a proporciones de saturación. En ese sistema por una parte están las guerras, pero éstas ya no producen tantas bajas, y por otra están las enfermedades.

P: ¿Y los casos de cáncer aumentarán o disminuirán?

R: Hay más cáncer y habrá cada vez más, primero porque el mundo está envejeciendo, la gente vive más, se cura de enfermedades y padece otras nuevas, entre ellas los tumores. El mundo no está más sano pero sí está más controlado. Por otro lado la urbanización es uno de los factores de cáncer más importantes, por el peor aire que respiramos. Imagínese en ciudades latinoamericanas como Lima, Buenos Aires, Sao Paulo o Ciudad de México. Se añaden el estrés, las formas de trabajo, el consumo de alimentos ultraprocesados que son la peor comida que uno puede tomar. Otros factores son el tabaquismo, que está en descenso, y la obesidad, que aumenta.

P: ¿Cómo está evolucionando la investigación contra el cáncer?

R: En los últimos 20 años hay grandes avances en la medicina de precisión, consistente en identificar fallas moleculares o genéticas y encontrar medicamentos que las solucionen. Por ejemplo, se analiza la sangre de un individuo y se ve la probabilidad de que en el futuro tenga cáncer de próstata, y si son altas los médicos le vigilarán a él, pero no a todos los individuos. Se trata de encontrar cánceres a niveles aún no detectables y se trabaja incluso para ello con perros: de la misma manera que se les entrena para detectar alcaloides para la policía, ahora se les forma para olfatear pacientes con cáncer para lograr una detección subclínica.

P: Con los nuevos avances, ¿cuánto podría reducirse el número de casos y muertes por cáncer?

R: Con los conocimientos de prevención que ya tenemos hoy, como hacer colonoscopias a ciertas edades, estudios de cáncer de mama, vacunarse contra el papilomavirus, se calcula que más o menos podrían bajarse la incidencia de estos tumores en hasta un 30 % en cuestión de décadas.

P: ¿La situación en Latinoamérica es diferente a la del resto del mundo en lo referente a lucha contra el cáncer?

R: Hay una explosión de casos de cáncer en Latinoamérica, con unos 500.000 al año, tengamos en cuenta que es una de las regiones con mayor obesidad del mundo y que por ejemplo México ha superado a Estados Unidos como el país con más personas con sobrepeso en el planeta.

P: ¿Y es difícil encontrar buenos tratamientos en la región?

R: Como en cualquier parte del mundo, la situación es desigual: si usted tiene dinero podrá acceder al mejor tratamiento disponible en cualquiera de los países de América Latina, pero si no lo tiene, dependerá de lo que su Gobierno ha decidido con respecto a la protección de la salud de las personas.

P: ¿Y qué países están en mejor posición?

R: Costa Rica está dando una atención bastante igualitaria para toda su población, Uruguay es otro ejemplo y Chile va por ese camino.

P: ¿La pandemia sirvió de llamada de atención para que estos países se preparen mejor?

R: Ningún país de Latinoamérica está siguiendo las recomendaciones que los expertos hacemos de cómo hay que estar preparados para la próxima pandemia. En el siglo XIX hubo un par de ellas, en el siglo XX otras tantas, pero en los primeros 20 años de este siglo ya llevamos una docena. EFE