Invierno y prevención

El invierno suele ser no del todo grato para el cantón Cuenca y, en general, para la provincia del Azuay.

Sus beneficios son más, no cabe duda. De él dependen la agricultura, la ganadería, el funcionamiento de las centrales hidroeléctricas, tener agua para consumo humano tras potabilizarla, etc.

Más de una vez ha sacado a flote las imprevisiones, los abusos cometidos por el hombre, por ejemplo al taponar total o parcialmente las quebradas, descuidar los sumideros, desviar el curso de vertientes, de taponarlas incluso; talar los bosques o desbrozar la vegetación existente a orillas de los afluentes, ampliar las zonas agrícolas o construir reservorios sin el menor conocimiento técnico.

Este domingo se precipitó un aguacero torrencial. Se desbordó una quebrada en Ricaurte, afectando a ocho familias en el sector Playitas cuyas viviendas se ubican en la avenida 25 de Marzo y de Los Migrantes.

Técnicos de la Municipalidad, al inspeccionar el lugar comprobaron la gran cantidad de basura en el lecho de la quebrada.

Sea donde sea, parte de la convivencia es no solo respetar la naturaleza, sino contribuir a la limpieza de su entorno. Una buena forma de hacerlo es mediante mingas.

No todo se debe esperar de la entidad municipal o parroquial.  Una buena organización barrial se hace necesaria con ese y otros objetivos.

El invierno se viene con fuerza según pronostican. En este mes se sobrepasará el promedio de lluvias experimentado en 2018 y 2019. De entre 115 a 170 milímetros al mes se pasará a 210.

Vale prevenir para evitar contratiempos y emergencias, no siempre atendidas en cuanto se producen, mucho más si rebasan la capacidad de los organismos de socorro.

Las duras experiencias son varias. Entre ellas las ocurridas en 2021 en las parroquias Sayausí y Tarqui, cantón Cuenca; o en Abdón Calderón (La Unión) en Santa Isabel.

Si el invierno llega con fuerza, ya podemos imaginarnos su impacto en las precarias vías intraprovinciales, el eterno problema en el Azuay.

Invierno y prevención

El invierno suele ser no del todo grato para el cantón Cuenca y, en general, para la provincia del Azuay.

Sus beneficios son más, no cabe duda. De él dependen la agricultura, la ganadería, el funcionamiento de las centrales hidroeléctricas, tener agua para consumo humano tras potabilizarla, etc.

Más de una vez ha sacado a flote las imprevisiones, los abusos cometidos por el hombre, por ejemplo al taponar total o parcialmente las quebradas, descuidar los sumideros, desviar el curso de vertientes, de taponarlas incluso; talar los bosques o desbrozar la vegetación existente a orillas de los afluentes, ampliar las zonas agrícolas o construir reservorios sin el menor conocimiento técnico.

Este domingo se precipitó un aguacero torrencial. Se desbordó una quebrada en Ricaurte, afectando a ocho familias en el sector Playitas cuyas viviendas se ubican en la avenida 25 de Marzo y de Los Migrantes.

Técnicos de la Municipalidad, al inspeccionar el lugar comprobaron la gran cantidad de basura en el lecho de la quebrada.

Sea donde sea, parte de la convivencia es no solo respetar la naturaleza, sino contribuir a la limpieza de su entorno. Una buena forma de hacerlo es mediante mingas.

No todo se debe esperar de la entidad municipal o parroquial.  Una buena organización barrial se hace necesaria con ese y otros objetivos.

El invierno se viene con fuerza según pronostican. En este mes se sobrepasará el promedio de lluvias experimentado en 2018 y 2019. De entre 115 a 170 milímetros al mes se pasará a 210.

Vale prevenir para evitar contratiempos y emergencias, no siempre atendidas en cuanto se producen, mucho más si rebasan la capacidad de los organismos de socorro.

Las duras experiencias son varias. Entre ellas las ocurridas en 2021 en las parroquias Sayausí y Tarqui, cantón Cuenca; o en Abdón Calderón (La Unión) en Santa Isabel.

Si el invierno llega con fuerza, ya podemos imaginarnos su impacto en las precarias vías intraprovinciales, el eterno problema en el Azuay.