De la brevedad en mi trabajo (I)

Jorge Dávila Vázquez Rincón de Cultura

Con motivo de haber sido invitado al IX SIMPOSIO “PABLO PALACIO 2022”, en Loja, elaboré esta ponencia.

Modestamente, he de confesar que una parte importante de mi trabajo literario, que hace rato cumplió ya medio siglo, ha sido el cuento. En mi bibliografía constan numerosos libros de este subgénero, por el que siento una gran predilección. Y añado que desde hace un tiempo me he inclinado mucho por el cuento breve e incluso brevísimo, que ejercen sobre mí una gran fascinación. Este encuentro literario me ha dado la oportunidad de volver a reflexionar sobre lo breve en mi producción. He aquí algunas ideas que fueron ya expuestas en mi Discurso de ingreso como Miembro de Número en la Academia Ecuatoriana de la Lengua, en junio último.

Había leído muchos relatos breves, sobre todo argentinos, pero reconozco que Alfonso Carrasco Vintimilla me envió desde México libros de autores de micro cuentos que estaban de moda. Entre ellos, el de Augusto Monterroso, que con su “Dinosaurio” se convirtió en símbolo de la brevedad narrativa.

Mis primeros relatos cortos y aun cortísimos, datan posiblemente de 1979, pues aparecen en el 80 en el libro “Este mundo es el camino”, que ganó el Premio “Aurelio Espinosa Pólit”, mi segundo galardón de este ilustre nombre, pues, como Uds. recordarán, en el 76 me lo otorgaron por “María Joaquina en la vida y en la muerte”, mi novela primogénita.

En la sección “Qué fue de tanta invención” hay un grupo de narraciones cortas, incluso una, realmente “micro”: Laberinto Como su constructor, sé que salir de esto es imposible.  Nunca escaparé.

Una característica del conjunto de pequeños relatos es que todos están basados en leyendas. Algunos, directamente en lo clásico, así el “Tríptico de la Odisea”; otros como Babel o Godiva, en invenciones universales.

Con el tiempo, la huella griega se irá acentuando en mis relatos y aparecerá, incluso, en mi teatro.

En el 85, publico uno de mis libros capitales “Las criaturas de la noche”, que ha tenido varias ediciones. El tema central del pecado, como que se disuelve en los 3 últimos textos, agrupados en “Final”. Cuentos cortos, cuya base es el humor negro, sobre todo los dos últimos, “La parte del león” y “Orden del día”; lo no natural es protagonista de estas mini historias, estructuradas en pocas líneas. Seguiremos. (O)