Coherencia        

Hugo Darquea López

                            

Cuando lo que se piensa, se dice y se hace están en armonía, se es coherente.  

Condición requerida en todo y no digamos en el obrar cívico como la política, porque en ese campo se decide el proceso institucional de lo que constituye el Estado, que más allá de la concepción legalista, en la realidad social somos todos, como la Nación, a la que se sacrifica en función de los intereses de las minorías organizadas.

 Las mafias están infiltradas dentro de puntos delicados de la sociedad y en una muy grave situación en la Asamblea hay quienes pretenden destituir vía juicio político o revocatoria del mandato al Presidente de la República, precisamente cuando está vigente el Estado de Excepción decretado  para recuperar la seguridad jurídica y la  plena soberanía del Estado en el sistema carcelario, dominado por los dictámenes del crimen organizado que actúa en conexión internacional con  delincuentes que cumplen las sentencias de rigor, y habida cuenta los prófugos de la justicia, que gozan en cínica impunidad del producto de sus delitos.

La delincuencia no puede seguir amparada por una distorsionada normativa que olvida los derechos humanos de los diez y ocho millones de ecuatorianos. Los delitos, en su diversidad hasta el asesinato en especial, se han multiplicado.  Ante este siniestro cuadro la depuración del Estado comenzando por el sistema constitucional es la exigencia de la sana razón.  

Una nueva Constitución y un Código Penal realmente garantes de los bienes jurídicos y sus titulares son imprescindibles para la PAZ de los ciudadanos del Ecuador.

¡Coherencia es lo que se necesita!  (O)