Las tiendas

Ana Abad R.

El tema de conversación de los últimos días en la familia, entre amigos y compañeros de trabajo, en el bus, en las tiendas mientras las vecinas esperan ser atendidas y en todo lado, es el terrible miedo que ha causado los últimos acontecimientos que nos han llevado a ser testigos de una brutal criminalidad y una crisis de inseguridad nunca antes vivida en el país. Algunos se persignan, otros expresan su rabia y enojo contra “estos delincuentes sin corazón”, hay quienes defienden el porte, el uso de armas y “tomarse la justicia en propias manos cuando lleguen a nuestro barrio estas ratas”, no falta el que propone volver a considerar la pena de muerte, hay también personas que manifiesta su lástima por la Policía “más ahora cuando están jodidos con la acusación por la muerte de la abogada”, otros que señale la incapacidad del Presidente y su Gobierno aunque fueron sus votantes, tampoco están ausentes en las conversas diarias aquellas víctima de robo y asalto en las calles de la ciudad. Militarizar y registrar la criminalidad en ciertos territorios es un recurso ya utilizado para enfrentar la violencia y al crimen organizado en otros países, sin resultados, ¿hasta cuándo durará su presencia en las provincias intervenidas?, ¿acaso no son suficientes los estudios sobre las causas que lleva a la gente a delinquir? (O)