¿Qué significa ser “mandarina”? El alcohol y la construcción de las masculinidades

VOCES DE CIENTIFICAS  Marisol Rodríguez Pérez REMCI-FLACSO

Aunque no existen las varitas mágicas, en Ecuador en espacios citadinos y rurales, los estereotipos funcionan como tales por su efectividad para controlar que las personas hagan o sientan lo que el entorno patriarcal dispone. Los estereotipos son mecanismos de control social muchas veces inconscientes, que justifican la violencia y discriminación de género hacia mujeres y hombres; se basan en ideas, expectativas, cualidades, juicios y representaciones simbólicas que la sociedad atribuye a ambos, configurando así un modelo de feminidad y otro de masculinidad.

Un ejemplo ecuatoriano de estereotipo masculino está ligado al consumo del alcohol y muestra como estos operan en la construcción de las masculinidades. Si un hombre pretende ser abstemio califica para ser llamado “mandarina” (“mandado de su mujer”). El temor a ser llamado así y a poner su masculinidad en juego, alinea a quien está contracorriente con el orden patriarcal, pues para ser “bien hombre” es necesario consumir mucho “trago”, es decir, embriagarse, cumpliendo así con el estereotipo masculino ligado a la manifestación de fuerza y violencia hacia las mujeres que suele ocurrir después de embriagarse. (O)