Cartel

Catalina Sojos

Y, una vez más, las mujeres se lanzaron a las calles para protestar en contra de la violencia y, otra vez, recibieron críticas, improperios y demás adjetivos por ciertos sectores de la población; nuevamente hablaron de las estadísticas espeluznantes de los femicidios, violaciones, crímenes morales y de todo tipo. Pero también se sumaron los hombres, jóvenes y con conciencia social más allá del cartel que pudieran endilgar a su espalda, y es que no se trata únicamente de un movimiento socio cultural y político puesto que es, sobre todo, actitud de vida, supervivencia y ejemplo, mural para aquellas que se callan por miedo, esas que miran y sienten detrás de las cortinas la violencia ejercida por algunos hombres y ciertas mujeres; las sumisas que reciben a diario el desprecio y se acostumbran a sobrevivir sin dignidad, encadenadas a su propio miedo. Definitivamente “vivas nos queremos” sigue marcando el paso en esta ciudad que, posiblemente, está despertando. Quizá la huella de sus nombres permanezca en la memoria colectiva y la lista no aumente  ya que esas hembras valientes que hoy salen a la calle son las que permiten y provocan que sigamos existiendo las madres, abuelas, amigas, hermanas, profesionales es decir la sociedad con justicia y paridad de género. (O)