Borma, una comunidad de Déleg que cautiva por su pasividad y fe

En esta población de Déleg sobresale el imponente Santuario Diocesano Señor de Burgos. Tiene influencia guayaquileña.

Borma, una comunidad que cautiva por su pasividad
La iglesia de Borma, que fue elevada a la categoría de Santuario, lleva el nombre de Señor de Burgos.

Borma es una comunidad de Déleg-Cañar, que vive en eterna calma. Tanto así que se puede escuchar el canto de algunos gallos un poco desubicados en el tiempo, así como unas campanadas que retumban en una de las paredes de la Pachamama.

A lo lejos también se advierte el croar de las ranas y el aleteo de las mansas palomas. Su silencio es algo extraño, pero al mismo tiempo trasmite cierta paz.

Pero ese panorama de relativa calma cambia radicalmente los fines de semana, cuando cientos de devotos visitan el imponente Santuario Diocesano Señor de Burgos. Las concurridas eucaristías se cumplen todos los domingos, a partir de las 10:00.

El templo revela la devoción de sus pobladores, que se robusteció cuando una imagen del Señor de Burgos fue encontrada en la Pachamama, allá por 1730.

“No se conoce el paradero de la escultura original, pero al menos se conserva una réplica a la entrada del templo”, indica Martín González Calderón, párroco de San Sebastián de Solano y rector del Santuario Señor de Burgos desde 2017.

La fe por la imagen del Señor de Burgos es tal que, le atribuyen “muchos acontecimientos misteriosos”, como si se tratasen de milagros.

El Señor de Burgos es venerado en Borma. Se le atribuye algunos milagros “certificados”. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Incluso, cientos de personas han dado sus asombrosos testimonios de curación, avalándolos con certificados médicos, asegura el religioso. “A través de la imagen, el ser supremo, Jesucristo, nos bendice en la tierra”, acota.

Durante su estadía en la parroquia, el sacerdote ha recopilado valiosa información del templo inventariado como patrimonial, que empezó a construirse en 1950 y concluye tres años después.

Antes, solamente había una capilla pequeña de adobe junto al campo santo, donde de igual manera sobresale un convento antiguo. Se proyecta remodelar esa infraestructura para promocionar la gastronomía del sector, sostiene Fanny Pilay, moradora de Borma.

Desde su llegada a la parroquia Solano, González Calderón ha realizado algunas modificaciones a la iglesia. Entre estás se destacan el techo de teja artesanal, ya que la cubierta de zinc era provisional, así como el piso, las paredes, los coloridos vitrales de diferentes motivos: Santísima Virgen y Santos; y hasta el mismo altar.

El interior del Santuario, con una capacidad para 250 personas, resalta por su altar, vitrales, paredes, entre otros elementos. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Estas y otras obras, como la construcción de grutas, en la calle principal de tierra, para rezar las estaciones del Viacrucis, se han concretado en el apoyo económico de la gente y mingas comunitarias.

14 grutas fueron construidas gracias al apoyo económico de los moradores. Son usadasa para el rezo de Viacrucis. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Detenida en el tiempo

El tiempo pareciera que se detuvo en Borma, donde se puede apreciar casitas de adobe y madera, con puertas y balcones patrimoniales. Sin duda, una alternativa turística para los aventureros.

Gran parte de las casas de Borma son de adobe, tejas y madera. Cuentan con unos impresionantes balcones. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Además de disfrutar de la arquitectura, los visitantes pueden subir a la meseta de Pachamama por un camino de herradura y así disfrutar de una vista privilegiada de Cuenca y de Déleg.

Migración

Borma no solo se caracteriza por su devoción. También se define por la migración interna.

Hace unos 50 años, varios habitantes de la comunidad se desplazaron a Guayaquil en busca de mejores días, comparte el párroco Martín González Calderón.

“En los pueblos pequeños no hay fuentes de trabajo. La niñez y la juventud toma la decisión de emigrar porque no hay mayores oportunidades”, acotó.

Sin embargo, la mayoría vuelve a la tierra que los vio nacer, especialmente en octubre cuando son las fiestas del Señor de Burgos…Caravanas de vehículos con placas de Guayas hacen sus arribos triunfales. Los pocos que prefirieron quedarse se dedican a la agricultura y ganadería.

La influencia del Puerto Principal en Borma es evidente, que en los banderines que se cuelgan de lado y lado en las angostas calles para las distintas festividades sobresale la bandera de Guayaquil.

A considerar

– Para llegar a Borma se puede acceder por Llacao o Ricaurte, parroquias ubicadas al noreste de Cuenca. 15 minutos es el tiempo aproximado de llegada en vehículo propio, desde estos sectores.

– Es recomendable llevar refrigerios o comida. Pues en este sector recién empiezan a impulsar la gastronomía y turismo. Otra alternativa para comer es trasladarse a zonas aledañas como Solano, Llacao o Ricaurte.

– El clima es frío, por lo que se aconseja usar ropa abrigada y zapatos deportivos, en caso de decidir ascender a la meseta de Pachamama, donde se puede apreciar Cuenca y Déleg. (I)