Los Raymikuna en los Andes

Caroline Avila Nieto @avilanieto

Es la obra editada por María Teresa Arteaga y Angel Japón, catedráticos e investigadores de la Universidad de Cuenca, que contribuye en la necesaria reflexión sobre la interculturalidad y la reivindicación de la memoria, la identidad y la soberanía presentes en la celebración de los Raymikunas.

Entre los ejemplos que la obra revisa, está el de Saraguro, en un ritual se pronuncia la expresión “Chaupi, punchapi, tutayarca”  (anocheció en medio del día).  La frase no solo se limita al justo reclamo por el asesinato del Inca Atawallpa, sino que se extiende a nuevos significados. Se convierte en un llamado a seguir luchando por reivindicaciones, por derechos, por visibilidad.

El texto reflexiona sobre diversos aspectos del ceremonial, de la simbología, su asociación con la naturaleza, la agricultura, pero también se esfuerza en resaltar la necesidad de cambiar la narrativa y mirar estas expresiones como espacios de existencia social fuera de la dicotomía “indio bueno” asociada con la danza y el folklore, versus el “indio malo” de las manifestaciones y reivindicaciones de derechos.  Mirar a la interculturalidad desde los Raymikuna potencia el desarrollo del pensamiento crítico, la diversidad y la inclusión. Elementos absolutamente necesarios para que el estudio de las ciencias pueda converger con los saberes otros, aquellos que provienen de nuestra historia, de nuestra memoria.

Quizá, si un texto como este hubiese sido parte del bagaje cultural de ciertos tomadores de decisiones en Carondelet, se entendería el valor de la comunidad, de la reunión en asamblea, de la reivindicación de derechos en medio de los rituales, el ágora de la Casa de la Cultura no se hubiera convertido en cuartel de policía.  (O