El pasado, el presente y el futuro    

Hugo Darquea López

El tiempo sigue su devenir. Para el proceso humano la cuenta se remonta a milenios según los datos escritos, cinco a seis mil años de historia.  Si nos adentramos en la perspectiva de la evolución son millones de años para los homínidos, que cada vez son revisados, en una pretensión no definida que data en alrededor de doscientos mil años el comienzo del homo sapiens.

En nuestra experiencia vital cada quien tiene su pasado, su historia peculiar. 

Ante ello, que instante mínimo y a la vez trascendental es el presente, tan sutil y complejo, con sus aristas y sus inquietudes para resolver la acuciante urgencia de realizarnos, de vivir, y si podemos aferrarnos  con  entereza  a la consciencia profunda de lo que somos en el universo personal de nuestro yo, asumiendo  la realidad de la convivencia social que nos pone en relación constante y emotiva con las personas de nuestro entorno  con sus paradojas que construyen el aliento existencial  que disfrutamos, con sus emociones y trabajos, sus logros y desvaríos, sus problemas y éxitos…

En este transcurrir, el futuro es en gran medida el resultado de lo hecho bien o que no se hizo o se equivocó el proceso correcto, por eso debemos superar los desaciertos y replantear las acciones para así lograr que lo justo, la paz y la solidaridad tengan su sitio en la dimensión totalizadora del ser a plenitud.

El tiempo es la dimensión de la Vida que se nos ha dado y que debe seguir curso indescifrable desde el alfa hasta el omega de su realización. (O)