Testamento

María Eugenia Moscoso C.

El testamento es el legado voluntario de una persona, al final de sus días. A través de un texto escrito, se deja constancia de la voluntad de la persona que ha de fallecer, voluntad que deberá ser respetada por los herederos.

Constituye una costumbre instaurada a comienzos del S. XX en tierras americanas, el escribir un testamento a cargo del viejo que será quemado, en representación del año que concluye y, en cada año este personaje será personalizado como el “año viejo”, creado desde diferentes facetas y que dejará sus bienes a amigos y vecinos. Así es como se instituye a nivel popular y comarcano, la costumbre de escribir un “testamento” para leerlo en el último día del año que termina y enmarcado siempre desde los matices del humor y de la alegría, compartidos entre la algarabía y el frenesí de familiares y amigos. Entonces, el talento de quien lo escribe, marcado por la gracia y la picardía para exponer las ideas tan acertadamente traídas, permiten que el testamento se recree y siembre la nota de alegría entre los presentes.

El testamento y el año viejo han constituido una costumbre que se renueva cada año en distintos escenarios y entre distintos grupos sociales. A nivel popular es común encontrar los años viejos en cada barrio y en cada esquina, traduciéndose en un atractivo para niños y para adultos. En grupos de mayor exigencia cultural y social, igualmente se acostumbra vestir de año viejo al más anciano de dicho grupo y entonces entre canelazos y música surge el más osado o el más talentoso, que lee su testamento para divertir a propios y a extraños.

Con frecuencia el tema político es asumido en la elaboración del “año viejo” y, entonces, las figuras del devenir político o deportivo serán caricaturizados de la manera más atrevida y destacando sus cualidades y sus defectos de la forma más hiperbólica posible. Sabemos que la creatividad y el buen humor presidirán las fiestas del año viejo 2022. (O)