Vivamos la incertidumbre

Cecilia Ugalde Sánchez

La llegada de un nuevo año espero sea para todos un momento de incertidumbre.  ¿Por qué incertidumbre?, porque somos luchadores, porque no nos dejamos vencer por la pandemia ni por todos los problemas que ella trajo.  Y, porque como ya lo dijo Voltaire, “la incertidumbre es una posición incómoda. Pero la certeza es una posición absurda”.  

En la certeza bajamos la guardia, en la certeza no nos esforzamos más.   Aunque no nos guste, para que exista el orden, debe existir el caos, esa ambivalencia en palabras de Jesús Martín-Barbero (2006) nos da una insoportable dosis de realidad que si bien puede chocarnos e incluso desestabilizarnos, también nos despierta y nos aproxima a la realidad.  Debemos saber entonces vivir con la incertidumbre para no dejar de luchar.   Zygmunt Bauman afirma que mientras intentemos acabar con esta ambivalencia la intolerancia se mantendrá ya que eso implica no aceptar todas las caras de la realidad, y los eventos que convulsionan al mundo claramente demuestran hacia donde la intolerancia nos puede llevar y la miseria que puede causar.

Tenemos miedo de lo nuevo, lo nuevo nos incomoda, nos saca de nuestra zona de confort, pero así mismo, lo nuevo nos exige más, nos mantiene alerta, nos inyecta energía, nos obliga a pensar, a buscar nuevas soluciones, no callemos al niño curioso que todos llevamos dentro, exploremos todas las opciones que la vida nos da.  “Bienvenida sea la incertidumbre si nos saca de dogmatismos y determinismos, si nos vacuna contra el pensamiento único” (Jesús Martín-Barbero, 2006).

Con lo dicho, empecemos el nuevo año con ilusión, hagamos que cada día cuente, y que la incertidumbre marque el inicio de nuevas luchas, penas y alegrías en la incierta y mágica aventura de la vida. (O)

@ceciliaugalde