Repugnante

Marco Carrión

Este es el adjetivo que mejor cabe para lo que estamos presenciando con motivo de la actual, espantosa, campaña electoral.

El propio Consejo Nacional Electoral que trata de parecer eficiente, para justificar la presencia injustificable de sus miembros, ilegalmente prorrogados “ad infinitum”, nos ofrece el peor espectáculo con sus propagandas de feria sobre la necesidad de la participación ciudadana en un proceso electoral que tiene de vergonzoso y deprimente más que nada. La gran mayoría de ciudadanos ecuatorianos no se interesa realmente en esta farsa llamada “proceso electoral”. Por eso es que muchas personas, entre las que me incluyo, consideramos que esa propaganda ridícula y dispendiosa del CNE debería ser eliminada y así suspender ese gasto enorme de recursos públicos que podrían tener mejor fin. “Usted es la democracia” repiten hasta el cansancio y estamos seguros de que la inmensa mayoría de personas no entienden lo que se trata de decir. 

Los tales “debates” entre candidatos no son otra cosa que “concursos de charlatanería” que, igualmente, cuestan enormes sumas de dinero que, como ya señalé, deberían tener mejor destino en un país en el que no sobra la plata. 

Esos fulanos dizque convertidos en la “esperanza” ofrecen el oro y el moro sin ninguna idea de cumplir como ya hemos podido ver en innúmeras ocasiones en que también hemos sido obligados a votar por aquellos. Lo que son es expertos en mentir y no puedo concebir que ni ellos mismos se crean.

De las farsas intolerables tenemos que hablar de aquellos alcaldes y prefectos que nada hacen todo el tiempo, peroenloquecen haciendo obras, hasta innecesarias, a medida que se aproximan las tales elecciones para tener algo que inaugurar y hacer creer a los incautos que son eficientes y cumplidores.

De los tales candidatos, en su inmensa mayoría, el pueblo sabe que son gente mentirosa que solamente quiere satisfacer sus ansias de figurar, de tener buenos sueldos, el carro con chofer –cosa que en su vida no podrán aspirar nunca- y buenos negocios de los cuales lucrar y conseguir las coimas para salir de la pobreza en que han vivido muchas veces o para asegurar riqueza para muchas generaciones.