Si a usted le gusta el campo, la naturaleza, descubrir nuevos lugares, comer sano, ver plantas ornamentales y respirar aire puro, hacer turismo rural es la mejor alternativa. Y no necesita ir muy lejos.
En la parroquia Sayausí el turismo rural ha sido tomado en serio por unas 40 familias, quienes asumieron la responsabilidad de revelar las riquezas de sus comunidades.
Ellos han creado rutas para los paladares exigentes, para los que gustan de las caminatas, para quienes viven enamorados de las plantas, para las personas que gustan de la medicina alternativa y, para los más intrépidos exploradores, rutas llenas de historia y misticismo.
Visita
La actividad en el centro parroquial aumenta conforme aclara el día. Es habitual sentir la fría brisa del Cajas descendiendo desde el hogar de las lagunas en las alturas.
En este lugar, el proyecto “Turismo Rural Sayausí” desarrollar recorridos según el interés de los visitantes. Diario El Mercurio estuvo en la primera ruta a la que denominan “Sabores de mi Saya”.
Inicia en el centro de medicina alternativa “Sisay Pacha”, con una ceremonia de agradecimiento y bienvenida. En ella, los hermanos Tania, Marisol y Johonny Peñaloza, junto con Mariana frutos, alimentos y semillas que da la madre tierra, con una chakana o cruz andina.
En el local de Sisay Pacha se realiza el ritual de bienvenida para los visitante
No falta el dulce aroma del incienso para purificar mente y cuerpo.
Esta bienvenida “abre la puerta” a la comunidad Bellavista donde ya esperaba la artesana Amalia Narváez. Mientra hila, la mujer de 77 años explica que el oficio de entrelazar la lana le fue otorgado a través de un sueño.
Hace 36 años aprendió a tejer ponchos, fajas, sombreros y demás atuendos, justo cuando una enfermedad la puso al límite de la muerte. Ahora, lo que vino en sueños es una realidad. Visitarla forma parte de la ruta que hacen en comunidad.
Además de verla hilando, cómo ya muy poco se ve hoy en día, es posible adquirir sus creaciones a variados costos.
Muy cerca, su vecina, Blanca Quichimbo, quien radica a unos 100 metros, es la propietaria de un surtido huerto que alberga, al menos, unas 60 especies de plantas entre frutas, hortalizas, legumbres, verduras y plantas medicinales.
Pese a tener un problema en sus rodillas, es una mujer que muestra vigorosidad y amor por sus sembríos. Con 69 años a cuestas, reconoce cada una de las plantas, sus usos y sus beneficios para la salud.
El paso del río Culebrillas es la música que a diario escucha y con el que ha convivido toda su vida.
Con ese entorno, es posible cosechar las plantas, incluso, sorprenderse con especies que se creían extintas.
El mundo de las Orquídeas
Si faltaba algo más, en el Orquideario Arte Natural y el vivero El Jardín Mágico, en la comunidad de Buenos Aires, deslumbra con más de 100 especies de orquídeas.
A eso se suman los más de 50 aves y más de 200 especies de plantas suculentas, especiales para ornamento.
Lola Galindo es la administradora de este espacio, en el que es posible alimentar a la aves y alimentarse de frutos en los viveros. Los visitantes pueden adquirir plantas o hacer pedidos de las orquídeas.
Este recorrido finaliza en “HuasyCuy” con la degustación de un plato tradicional de la zona que suele ser trucha o cuy.
El costo para hacer uno de los cuatro recorridos, que por ahora maneja la comunidad, va desde los 20 dólares por persona. Es posible hacer los recorridos con niños y se recomienda usar ropa ligera para caminar y ropa calidad para las rutas cortas.
Para más información están disponibles los siguientes números 0959651090, 0998809495, 0987866053. (I)
