La técnica de DART es viable para defender la Tierra de asteroides

Foto: NASA

El impacto de la sonda DART contra el asteroide Dimorphos produjo la expulsión de más de cinco millones de kilogramos de material y demostró que la tecnología del impactador cinético es «una técnica viable» para potencialmente defender la Tierra de la amenaza de un objeto procedente del espacio.

La misión estadounidense DART, el primer intento para aprender a desviar un asteroide, logró el pasado septiembre su objetivo al modificar la órbita del asteroide Dimorphos, y Nature publica este miércoles los primeros análisis en cinco estudios internacionales con participación española.

DART era un impactador cinético sin carga explosiva, es decir, una sonda que, al estilo kamikaze, se lanzó a unos 6 kilómetros por segundo contra Dimorphos, un asteroide de tamaño similar a la pirámide de Keops que orbita a otro, Didymos, con el que forma un sistema binario.

A causa del impacto, el periodo orbital de Dimorphos alrededor de Didymos, que era de 11 horas y 55 minutos, se redujo en 33 minutos. Los expertos habían previsto que fueran unos siete minutos si el impulso de la nave se transfiriera directamente al asteroide en una colisión perfectamente inelástica, señala uno de los estudios.

El gran cambio final en el período orbital «sugiere que el material eyectado aportó una cantidad significativa de impulso al asteroide más allá del que llevaba la nave espacial», escriben los autores del primer estudio, encabezado por la Universidad del Noroeste de Arizona (EE.UU.).

El impacto exitoso y el cambio resultante en la órbita del asteroide «demuestra que la tecnología de impactores cinéticos es una técnica viable para defender potencialmente la Tierra si fuera necesario», indican los autores de otra de las investigaciones coordinada por la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.).

Entender cómo el impacto de la nave espacial modificó la órbita del pequeño asteroide arroja luz sobre cómo este enfoque podría ser capaz de proporcionar un sistema de defensa contra posibles colisiones de objetos astronómicos con la Tierra. EFE