En estos días se elevó como noticia de extremo interés para el país el hecho de mantener la reserva internacional del Ecuador en la cifra más alta desde el año 2000, condición lograda por la gestión y política aplicada por el mandante de turno. Sin lugar a duda este logro se convierte en una oportunidad única en las últimas dos décadas para que los tenedores de bonos – deuda eleven sus inversiones a niveles no vislumbrados, convirtiendo de esta manera incrementar sustancialmente el número de ceros que decoran las cuentas bancarias de algunas personas privilegiadas.
Así de simple como se puede leer, con una decisión sencilla como la descrita se puede convertir en multimillonario a alguien que tuvo los recursos del caso para comprar un papel en un valor irrisorio y que de pronto puede ver multiplicadas sus inversiones en detrimento de la obra social decadente en nuestro país, tal como la galopante inseguridad en la que vivimos y que ya se le fue de las manos hace meses a las autoridades, ejes viales en soletas, u hospitales sin los implementos básicos de funcionamiento.
Y, dicho sea de paso, con una clase media convertida en un verdadero sánduche de decisiones a la cual se le ha golpeado enormemente con pretexto de una Ley que ajustaba los tributos anuales que se deben declarar por los ingresos percibidos en el 2022. Por cierto. ¿Usted mi estimado lector, ya sabe cuánto le toca tributar en las próximas semanas?
