Límites

Catalina Sojos

En tanto una mujer, valiéndose de su condición de jueza, supuestamente comete un acto criminal contra la sociedad al liberar a dos supuestos femicidas ¡ya condenados! la policía se dedica a buscar a los criminales; sin embargo nos preguntamos ¿Qué castigo merecen los jueces cuando dictan sentencia dudosa y culposa? Una mujer ha liberado a femicidas ¿no será que es tan desalmada que no tiene miedo de ser la próxima víctima? ¿Los jueces no pueden ir a la cárcel? confesamos nuestra ignorancia, amigo lector, y por ello sólo suponemos nomás porque en estos momentos aberrantes dudamos hasta del color del cielo, por otro lado el famoso tema de los radares empata totalmente con lo que decimos párrafos arriba. La gente se hace pedazos en las carreteras ¡necesitamos límites, amigo mío! en todo, en la casa, familia, universidad, escuela. Hábitos que nos recuerden los valores éticos y estéticos, dejar de replicar mensajes de odio y devastación moral.  No es una posición romántica ni cursi, es una urgencia social y cultural, el pudor ha desaparecido, la violencia del narcotráfico se presenta de muchas maneras para aterrorizar. Precisamente por ello nosotros debemos hacer la diferencia, dejar de tener miedo aunque seamos una voz en el desierto. (O)