Récord de 80.000 migrantes que cruzaron el Darién en 2023

Casi 100.000 personas cruzaron el Darién desde el pasado 1 de enero hasta la fecha.

En lo que va de año un número récord de 78.585 migrantes cruzaron a pie la peligrosa selva del Darién, la frontera natural que divide Panamá y Colombia, lo que supone cinco veces más que las cifras registradas en 2022, según alertó este sábado el Ministerio de Seguridad Pública panameño.

A falta de una semana para que concluya marzo, solo este mes identificaron a 29.294 migrantes que atravesaron la selva del Darién desde Colombia, superando las cifras de febrero, con 24.657, informó en un comunicado y en las redes sociales el ministro de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino, que visitó esta región fronteriza.

«Como se ha visto este año, van a venir más migrantes, eso es lo que se ve hacia el sur. Ya tenemos unas cifras muy elevadas, donde hay un ingreso de más de mil personas diariamente», afirmó Pino, que recorrió con otras autoridades el área fronteriza de Cañas Blancas.

2022 había supuesto ya un año récord en la llegada de migrantes a Panamá a través de la selva del Darién, con más de 248.000, que a su vez supuso casi el doble de los identificados en 2021. Las autoridades panameñas estiman que este año podrían cruzar su territorio 400.000 migrantes, rompiendo todos los registros.

Y es que si en los primeros tres meses de 2022 habían atravesado la selva 13.791 personas, este año lo hicieron ya 78.585. Además en marzo del año pasado cruzaron esta frontera 4.827 migrantes, mientras que en este mes inconcluso ya lo han hecho casi 30.000.

El pequeño poblado, al que en época de lluvias solo se puede acceder en canoa, se ha convertido en un gran mercado, con puestos de venta de comida, ropa o incluso de recarga de celulares. EFE/ Bienvenido Velasco

Esta situación subraya «la responsabilidad que tenemos en seguridad, también tenemos que ver este tema con otras ópticas e involucrar a otras autoridades», destacó Pino.

IMPACTO HUMANO Y MEDIOAMBIENTAL

El ministro subrayó por un lado el drama humano de esta crisis: «Este es un punto inhóspito de Panamá por donde familias enteras pasan buscando un mejor futuro hacia los Estados Unidos, siendo las nacionales de Venezuela, Haití y Ecuador las más frecuentes».

Cuando salen agotados de la selva del Darién, los primeros que acuden al socorro de los migrantes no son la ONU, las ONG o las fuerzas de seguridad panameñas, sino los indígenas emberá, que esperan con sus piraguas para aliviar el descenso por el río hasta el primer poblado. EFE/ Bienvenido Velasco

Pero también remarcó «el impacto ambiental» a la selva por el masivo flujo de migrantes, siendo testigo de un cambio negativo desde su última visita al lugar hace tres meses, con «imágenes impactantes» de montañas de basura en ese paraje natural.

El propio vicepresidente de Panamá, José Gabriel Carrizo, subrayó este sábado durante la Cumbre Iberoamericana en Santo Domingo la situación en el parque nacional del Darién, un área protegida que sin embargo está sufriendo el efecto de la crisis migratoria.

No son una organización humanitaria y han visto un negocio en la llegada masiva de migrantes, 70.000 en lo que va de año. EFE/ Bienvenido Velasco

«Miles de personas arriesgan sus vidas a diario, atravesando este santuario de biodiversidad, en un flujo migratorio que amenaza con desbordarnos», remarcó Carrizo.

Así, añadió «la comunidad internacional está llamada a generar voluntades que al mismo tiempo que salvaguarden la existencia humana, conserven este patrimonio natural para las generaciones futuras».

Los indígenas los reciben con sus canoas, incluso con alimentos y agua, pero cobran. EFE/ Bienvenido Velasco

Estos migrantes atraviesan durante varios días a pie esta selva, uno de los pasos fronterizos más peligrosos del mundo, donde a los obstáculos naturales como ríos crecidos y animales salvajes, se suman robos a punta de pistola y violaciones.

En ese recorrido, los migrantes se van despojando de las pocas pertenencias que llevan consigo, o les roban dejándoles sin nada, piezas de ropa y otros objetos que van quedando a lo largo de la ruta, impactando negativamente en esos parajes naturales.

Esta jungla de 575.000 hectáreas es un parque nacional panameño que une a Suramérica con el istmo centroamericano, y es el único punto en el que se interrumpe la Panamericana, la carretera más larga del mundo. EFE/ Bienvenido Velasco

También los excrementos humanos y los muertos contaminan las aguas de los ríos, enfermando luego tanto a los migrantes que la beben como a las comunidades indígenas de la región, que han sufrido un cambio drástico en su modo de vida con este éxodo migratorio. EFE