Justicia y delincuencia

Un Ecuador sumido en una espiral de violencia e inseguridad no atina a entender la aplicación de la Justicia, el comportamiento de ciertos jueces y fiscales, peor la pasividad de las instituciones encargadas de, si es conveniente y oportuno, reformar o endurecer el Código Orgánico Integral Penal y otras leyes permisivas so pretexto de defender derechos.

En medio de una desigual correlación de fuerzas en cuanto a armas, pero también de limitaciones fijadas, asimismo por aquel tipo de leyes, a la Policía, esta, con el apoyo del Ejército, ha detenido a delincuentes contumaces, a líderes de bandas narcocriminales, de extorsionadores, de secuestradores, de reclutadores de menores de edad para entrenarlos como sicarios, aprovechando sus condiciones de extrema pobreza y de haber sido olvidados por el Estado.

Lo hacen aun a costa de sus vidas. Se enfrentan a bala con los delincuentes. Ingresan a las guaridas existentes en barrios tomados por estos. Ejecuta operativos planificados durante varios meses; en fin, tratan de cumplir con su obligación de dar seguridad a la población.

Pero no es la primera vez. Ni lo será. En Esmeraldas detuvieron el lunes anterior al presunto líder de “Los Tiguerones”, Elbi Rolando Zúñiga, posible responsable de la matanza de once pescadores en esta ciudad.

“El resto ya es historia”. Un juez “multicompente” le otorgó “medidas sustitutivas” y lo dejó libre. El rechazo fue unánime. Basta ver las reacciones en redes sociales.

Entre un juez corrupto, uno ignorante y otro timorato, este último es el más peligroso; pues, o tiene miedo de aplicar la ley, se vende fácilmente, o hace las dos cosas a la vez.

La Judicatura lo suspendió. ¿Y?  Ayer la Policía capturó en su fortín de Yaguachi a 11 miembros de “Los Lobos”. ¿Cómo actuarán los “multicompetentes”?

El exministro del Interior, Patricio Carrillo, dijo: “La Policía no le tiene miedo a la delincuencia, sino a la Justicia”.

Con eso está dicho todo.