El último vuelo del dragón

Andrés Martínez Moscoso @andresmartmosa

Alrededor del mundo, es común que las universidades se identifiquen con mascotas, ya sea por cuestiones de carácter deportivo, cultural o social. Por ello, cuando llegué a la Universidad San Francisco de Quito, USFQ, me llamó poderosamente la atención su símbolo, el dragón, ser mitológico, que ha tenido representaciones europeas y orientales, pero que, en el segundo caso, se trata de seres benévolos.

Y que se asocian con el “espíritu dragón” de la USFQ. Sin embargo, en ese momento, no lograba entenderlo, pues no soy “alumni”.

Por ello, cuando participé de la ceremonia de recepción a los nuevos profesores, Santiago Gangotena (su fundador), nos narró la historia de la institución, de cómo ese sueño que inició en una casita en la Av. 12 de octubre, y que contó con el apoyo de no más de un centenar de padres de familia, que confiaron en este proyecto, que décadas después revolucionó la educación superior en el país.

Recuerdo ese día que Santiago nos recibió junto con Carlos Montufar, y de manera informal durante la comida, nos trasmitieron los valores de la USFQ, pero sobre todo nos invitaron a ser parte de su sueño, formar buenas personas, antes que profesionales, basados en la filosofía de las Artes Liberales: Libertad, Verdad, Bondad, Belleza.

Recuerdo a Santiago como una persona generosa, excelente anfitrión, un soñador y por supuesto polémica. Y si bien es cierto, en más de una ocasión no coincidí con sus posturas, siempre tuve la oportunidad de disentir, debatir en un espacio abierto, y por supuesto rebatir a través de mis propias publicaciones o ponencias.

Solo ahora, después de su trágica muerte, logré comprender que a lo mejor las veces que contradecía, o que generaba polémica frente a nuestras posiciones (sobre todo en la rama del Derecho), lo hacía a propósito para incitarnos a investigar más, realizar debates más profundos, y argumentar desde otras perspectivas.

Así también merece la pena destacar, que el sueño de Santiago Gangotena, fue también incluyente, pues casi la mitad de los estudiantes cuentan con becas o ayudas financieras, donde cientos de jóvenes de pueblos y nacionalidades indígenas, así como personas con discapacidad tienen acceso a educación de calidad.

Por más que se haya ido físicamente, Santiago nos enseñó que ser dragón, es más que una mascota o un símbolo, pues supone ser libre, bondadoso, honesto, líder, e inteligente. (O)