Repugnante

Aurelio Maldonado Aguilar

El Ecuador se hunde en manos de políticos oportunistas, coimeros, mafiosos y traficantes de droga. El cáncer del narcotráfico, que, por producir réditos multimillonarios es capaz de comprar todo y tenerlo todo, incluyendo conciencias, la más barata mercancía de hoy en el país político, cáncer metastásico en todos los niveles gubernativos y sociales, logrando tener en altas esferas, mafiosos asociados que captan el poder suficiente para volver fácil el tráfico internacional, convirtiéndonos en país caleta de primer nivel, de donde parten alcaloides fabricados en Colombia, primer productor mundial de cocaína, de la manera más insólita y creativa a consumidores del  mundo entero.

Repugna ver las acciones y griteríos del juicio político en la Asamblea para conseguir votos para destitución del presidente, a quien no defiendo por considerarlo pusilánime y blandengue para tomar decisiones fundamentales de control, hasta hoy. Muerte cruzada, desesperada acción, convertida en indispensable para salvarnos, así sea decisión dura y severa, sí, pero vital para vivir en democracia y alcanzar, luego de arduas acciones y batallas, un país saneado de droga y sus caudas, evitando que el Ecuador se despeñe en abismo de impredecibles consecuencias y ser compañeros de desgracia como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina etc.

La encrucijada de hoy es Vital. Muerte cruzada, que puede ser oportunidad maravillosa para que vuelvan con fuerza los ladrones y mafiosos de la revolución ciudadana con el prófugo a la cabeza, que podrá ser todo, pero menos tonto, logrando la más clamorosa impunidad y latrocinio, captando todos los organismos de control a su detestable servicio.

Es momento en que el pueblo tiene que tomar consciencia y engrosar el batallón de la democracia, libertad, honestidad y participar en las elecciones que se nos viene con criterio y madurez, con el ánimo de sanear de la peste mafiosa al país, dejando muy de lado la comodidad personal o cobardía patriótica. La muerte cruzada esta dictaminada. Hoy tenemos la población civil el deber de involucrarnos y elegir gente que responda al interés del pueblo y país. No está fácil. De cualquier manera, estamos en una encrucijada horrenda donde nos llevaron con sus delitos la revolución ciudadana y su hábil discurso en bien de sus bolsillos con robos multimillonarios y entrega del estado indefenso en manos del narcotráfico. Hoy somos actores. Cumplamos nuestro deber al fin o vamos al desastre total. (O)