Hasta que se pudra el sayo…

Tito Astudillo y A.

Creo que todos o la mayoría escuchamos alguna vez y en esta temporada invernal: lluvia en enero tranca al granero; la lluvia de febrero llena el granero; la lluvia de febrero llena cuba, tinaja y granero; abril aguas mil; mayo hasta que se pudra el sayo. Sabias y no menos graciosas sentencias populares que recrean, orientan y animan la temporada invernal, más allá del fatalismo de creer que este invierno es el más duro que nos tocó vivir. Así pensamos y sentimos casi todos los años.

Estos dichos, refranes o decires, que también son producto del sinergismo cultural que enriqueció la tradición agraria local, en general, hacen referencia a la importancia del agua, y las lluvias proveedoras, para el inicio del ciclo agrario andino con la siembra, germinación de las semillas, crecimiento de las plantas, de “la chacra” e inicio de la producción con los primeros granos tiernos y  de las huertas que, justamente, se produce en estos meses de exacerbación de las lluvias que cambian radicalmente los matices de la naturaleza y del campo, más específicamente, ahora multicolor de maizales, trigales, frutales, huertas, flores y pájaros desde luego. Algunas de estas sentencias son de origen hispano, llegadas con el encuentro cultural y convalidadas acá por una tradición agraria nativa rica de conocimientos, especies, técnicas y experiencias; cultura agraria andina que sustentó pueblos con especial nivel de desarrollo como los incas y los cañaris los más cercanas en la historia local.

Estamos terminando el mes de mayo y del periodo invernal, el verdor del campo es exultante y prometedor de exuberantes cosechas. El temporal comienza a cambiar, se anuncia y se teme, como siempre, un largo estiaje y comenzamos avizorar el fantasma de los incendios forestales que tanto daño hacen año tras año. Pues bien es hora de prepararnos para el estiaje que, si se da, no nos afecte o nos afecte menos. Es importante tener un plan de contingencias para evitar o enfrentar los incendios forestales, un plan de contingencia que tanta falta hizo en la etapa invernal. (O)