A las afueras del templo, Laura Bustos se encuentra sentada en un viejo banco de madera deteriorado. Arropada con un poncho de color cafe, ofrece artículos religiosos a los peregrinos. Lleva más de 30 años en este lugar y asegura haber sido testigo de innumerables favores concebidos por el Señor de los Milagros de Andacocha. …











