La concesión de Las Peñas está encima de la cuenca del río Machángara. Si el Gobierno diera luz verde a este proyecto, el agua represada en Chanlud y que abastece a la planta de potabilización de Tixán, de la cual consumimos 600 mil cuencanos, quedaría contaminada. De hecho, se evidenció un caso gravísimo de contaminación (parte de la cuenca del Machángara pertenece a Bibilián), cuando sus habitantes se distribuyeron las tierras altas de la cuenca del Machángara y, al hacerlo, removieron la capa vegetal que produjo el afloramiento de dióxido de manganeso contaminando el agua que salía de su zona y llegaba a Tixán. Justamente uno de los propósitos de la planta de Tixán es reducir el número de partículas de dióxido de manganeso que produjo la negligencia de estos individuos.
En la Universidad de Cuenca, la Dra. Elizabeth Ochoa obtuvo su título de PhD y, para conseguirlo, hizo un estudio sobre los páramos y pajonales en el que concluye que es fundamental el gran cuidado que merece esta zona debida a la sensibilidad extrema de su ecosistema. Al primer roce se resienten y ya no almacenan agua. Pensemos cómo sería el cambio climático en esta zona, la que ya no atraería a las nubes ni a la evapotranspiración: pérdida de humedad de una superficie por evaporación directa junto con la pérdida de agua por transpiración de la vegetación.
Las masas nubosas ya no se quedarían en este lugar porque el suelo de los páramos ya no tendría el electromagnetismo que las plantas producen, para anclar las moléculas de agua y luego condensarlas y almacenarlas. No podemos permanecer impávidos ante esta amenaza. Si el Gobierno autorizara estas concesiones, para reducir costos, la mina se convertiría en una mina de cielo abierto. Esto implicaría la presencia de comerciantes y una serie de actividades ilícitas.
Además, el transporte pesado que tendrían que utilizar para llevar el producto final hacia su destino, implicaría que utilicen la carretera Cuenca-Molleturo-Naranjal o la Cuenca-Girón-Pasaje. Centenares de camiones entorpecerían el tráfico en estas vías tan estrechas con el consabido deterioro de las calzadas.
La espada de Damocles pende sobre nuestro sistema hídrico. Sería imperdonable, de realizarse una consulta popular, que no firmemos en contra de la extracción minera en el Azuay. (O)