Ningún almacén, tienda o local comercial podrá cobrar el impuesto a las fundas plásticas que dispone la Ley Orgánica de Simplificación y Progresividad Tributaria.
Este tributo regirá en 90 días contados desde enero de este año; y, será el Servicio de Rentas Internas (SRI) el que informe obre los respectivos pasos en el Reglamento de la Ley para la aplicación de este tributo.
Se responderán preguntas como: en qué tipo y tamaño de plásticos se aplicará este impuesto, en qué dimensión de fundas, quién asumirá el pago ¿el cliente o el dueño del negocio?, regirá en todo tipo de establecimientos, etcétera.
Como se recordará, el lunes 30 de diciembre de 2019 la Asamblea Nacional envió el proyecto de Ley Orgánica de Simplificación y Progresividad Tributaria para su promulgación en el Registro Oficial.
La referida Ley, según el Gobierno, le permitirá al Estado recaudar más de 585 millones de dólares en 2020; el ítem que más ingresos generaría este año es la Contribución Temporal a los ingresos de las empresas (0.1% a 0.2%); unos 9.000 jóvenes podrán acceder a la remisión de intereses, multas y recargos por créditos educativos y becas, etcétera.
Proceso
La referida Ley implica un impuesto a los plásticos; grava a cada funda plástica con el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) y fija una tabla progresiva para su aplicación.
Este mecanismo progresivo empieza con cuatro centavos por funda este año hasta llegar a diez centavos en 2023.
Los plásticos que no están gravados con el tributo son los de uso: industrial, agrícola, agroindustrial, de exportación, para productos congelados y de empaque primario.
En junio de 2019 el representante del Grupo Ortiz, Patricio Ortiz, dijo a este Diario que en su planificación está lanzar una funda de un material especial que tiene la particularidad de usarse 100 veces; y para sus tiendas están sacando una funda de tela rehusable.
Recordó que la industria del plástico no es aislada, de ella dependen varios empleos. Una de sus empresas, Consuplast, en el Parque Industrial de Cuenca, da 400 empleos directos y produce 20 toneladas mensuales de fundas plásticas.
Criterios
El catedrático de la Universidad de Cuenca, Iván Orellana, ingeniero comercial, MBA, considera que el gravar con ICE el consumo de fundas plásticas, más que un objetivo recaudatorio es una prioridad para el desarrollo sostenible de la humanidad por los efectos en el cambio climático.
Mauricio Pino, docente de la Carrera de Sociología de la Universidad de Cuenca, ante la pregunta ¿con este nuevo impuesto, el Gobierno realmente atacará al consumo o a la producción? respondió:
Un impuesto de esta naturaleza estaría orientado, en principio, a modificar la conducta de los consumidores que, para evitar pagar por las fundas plásticas, puedan utilizar otro tipo de bolsa reutilizable.
Recuerda que otros países aplican impuestos, por ejemplo, a los supermercados, con cual pretende impulsar una conducta socialmente responsable a las empresas, las cuales, para evitar el impuesto, ofrecerán o fomentarán el uso de bolsas reutilizables o reciclables a sus consumidores. En todo caso, el objetivo es lograr un cambio en los agentes del mercado hacia conductas ambientalmente más responsables.
¿Con un impuesto en verdad se cuida el medio ambiente? U impuesto, dice Pino, bien podría contribuir a proteger el medio ambiente. Pensemos en impuestos sobre los combustibles, o el tipo de desperdicios que genera un hogar o industria.
Lo importante es que este nuevo impuesto se dirija a cambiar la conducta de los agentes económicos y, a la vez, que lo recaudado se destine a promover acciones que beneficien al ambiente. (ACR)-(I)
DATO
Un recorrido efectuado por este Diario permitió ver que tres dueños de tiendas aún no tienen conocimiento sobre el referido impuesto.
Objetivo y tendencias
El tributo a las fundas plásticas es un impuesto verde que se alinea a los objetivos y tendencias de desarrollo sostenible planteados en la agenda 2030 por las Naciones Unidas, como lo es la Producción y Consumo Responsable, señala Iván Orellana, ingeniero comercial.
Indica que gravar progresivamente el consumo de fundas plásticas tipo acarreo, que el consumidor requiera para llevar los productos comprados, desde cuatro hasta diez centavos desde este año hasta 2023, tiene una rentabilidad social y ambiental más significativa que lo recaudado, sobre todo por el cambio de comportamiento a un consumo consciente del impacto ambiental. (I)
DATOS
Un estudio auspiciado por el Ministerio del Ambiente (MAE), a través del Programa Nacional de Gestión Integral de Desechos Sólidos, identificó que más de 1.500 millones de fundas plásticas tipo camiseta se usan anualmente en el Ecuador.
En el Ecuador cada persona consume aproximadamente 130 fundas tipo camiseta en un año, para guardar compras. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente dice que en cada kilómetro cuadrado de océano hay 46.000 fundas.
Consumo nacional de fundas plásticas tipo camiseta: consumo per cápita anual: 253 unidades; consumo nacional de fundas de todo tipo: 3.657 millones; principales distribuidores de fundas plásticas: supermercados e hipermercados.
Además entre los principales distribuidores de fundas plásticas: 8% vendedores ambulantes, panaderías y quioscos: 14% mercados y ferias libres: 30% tiendas de barrio, bodegas; y, distribuidores: 48%.