Vuelven los accidentes

La sensación que tiene buena parte de la ciudadanía es que los accidentes de tránsito se han intensificado, especialmente los relacionados con buses de transporte público. Durante los días de los últimos feriados de Navidad y año nuevo, las informaciones proporcionadas por las autoridades respectivas hablan de que disminuyeron los accidentes y no hubo pérdida de vidas humanas que lamentar. Esa es una buena noticia que muestra que en esos feriados hubo un buen control en b parte del país, lo cual merece destacarse. Sin embargo, antes y después de los feriados se han dado repetidos accidentes, algunos con la pérdida de vidas humanas.
Las causas de la mayoría de los accidentes tienen que ver con la pérdida de atención de los conductores, frecuentemente para mirar sus teléfonos. Un caso típico es el reciente de una mujer que conducía su vehículo particular por caminos peligrosos lo cual no fue obstáculo para que al ocuparse de su teléfono se precipitara a un abismo. Un niño falleció, cuatro fueron salvados por la acción valiente de uno de los niños y-como ocurre casi siempre- la responsable se dio a la fuga. Son casos en lo que la causa es la irresponsabilidad de los conductores.
El viejo debate sobre si endurecer las penas reduce los delitos, queda sin mayor piso frente a la realidad de que han disminuido los accidentes causados por exceso de licor en quienes conducen. Es evidente que las sanciones por conducir bajo efectos de licor han reducido los accidentes de este tipo y han servido para educar a la ciudadanía. Los últimos accidentes no responden a falta de controles. Responden a la falta de responsabilidad de algunos conductores. Educar a quienes conducen transporte privado y sobre todo público, sigue siendo un tema de fondo para reducir en la mayor medida posible los accidentes. Bien por los controles en el último feriado. Mal por aquellos conductores que obraron irresponsablemente.