Crecimiento de la ciudad

El anuncio de que el Municipio de Cuenca se encuentra planificando conjuntamente con la Cámara de Construcción la creación de nuevas normas que posibiliten el crecimiento en altura de la ciudad, es una buena noticia. La normativa actual determina que los edificios sobre todo en determinadas zonas urbanas no pueden pasar de un número de pisos y de una altura, que no son compatibles con el crecimiento de la urbe. Además, esa limitación obliga a la construcción a expandir anárquicamente los límites de la ciudad, con los consiguientes problemas de dotación de servicios hacia zonas con baja densidad poblacional.
Se ha dicho siempre y con razón que las ciudades son organismos vivos que deben ser tratadas como tales. Las normas que regulan la vida urbana no pueden ni deben ser inmutables. Por el contrario, deben ajustarse a las nuevas circunstancias y necesidades de la población, es decir de los seres humanos que son la razón de ser de cualquier proyecto. Para el momento en que fueron elaboradas, las normas actuales tuvieron razón de ser, pero para la actualidad resultan caducas en muchos aspectos. Aquellas que tienen que ver con las características y requerimientos de las construcciones merecen ser analizadas, debatidas y ajustadas oportunamente para evitar que la gente encuentre formas de violarlas, como ocurre frecuentemente.
Las nuevas regulaciones que se anuncian para la altura de los edificios han sido bien recibidas y más aún si han sido consensuada con sectores representativos como son los de la construcción. Bien además que se busquen paralelamente contrapartes a la ciudad, como aportes a la vivienda social o conservación de casas patrimoniales. La obligación de espacios suficientes para parqueamiento vehicular, debe ser condición básica. Evitar el crecimiento horizontal incontrolado y crear nuevas fuentes de trabajo, son otras tantas bondades que pueden generarse con las normas que se anuncian.