No hay plata

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

Para pagar a los maestros, renovar a servidores, contratar a médicos, devolver recursos a los gobiernos locales, cumplir con los jubilados, entregar las asignaciones presupuestarias y hacer la prometida obra pública.

Simplemente, las obligaciones del Estado están en mora. Hay insatisfacción social. Los derechos se cubren con dinero. Las constituciones como la nuestra, generosas y amplias en derechos y prestaciones por parte del Estado, tienen el gigante problema de crear expectativa, quiebra del aparato estatal y profunda desazón social cuando los derechos no llegan.

La realidad se resume a que los derechos necesitan de la existencia de dinero. Se puede desarrollar una lista generosa, amplia y populista de prestaciones por parte del Estado, la que termina al momento que la plata se acaba. Por ello es que el populismo es malo, porque es capaz de ofrecer y diseñar todo lo necesario para ganar la elección, y a la vez, hacer todo lo suficiente para quebrar al país.

El Ecuador está desfinanciado. Los recursos no llegan a ningún lado. Los municipios, juntas parroquiales y prefecturas, reclaman su dinero. Los hospitales tienen dificultades para contratar a urgente personal. Las universidades no reciben lo que por Ley les corresponde. Las instituciones primarias y secundarias no pueden atender la demanda social. Los jubilados están en las calles y los reclamos se hacen gigantes. Se necesitan tres mil millones de dólares extras para pasar el año. Los ajustes económicos tendrán que seguir viniendo con el gravísimo riesgo del rechazo y poca sintonía social que radicaliza una posición en miras a las elecciones presidenciales, en donde lamentablemente el populismo económico nuevamente empieza a marcar la cancha.

Hemos pasado de: ¿en dónde está la plata? A: ¡No hay plata! (O)