Centralismo, tortuguismo y burocracia

Hugo Lucero Luzuriaga

El “centralismo”, mal que campea en el Ecuador desde la independencia hasta nuestros días, parcela al país, sobre todo por los burócratas, en dos: la capital y los territorios o provincias, como que Quito no fuera territorio o Pichincha no fuera provincia, situación que repercute negativamente al Austro. Los ejemplos son tan evidentes, y ahora se suma otro, llamando la atención que desde Quito se quiere imponer un desatinado Acuerdo Ministerial el 00098-2020 publicado en el Registro Oficial 127 de fecha jueves 23 de enero de 2020, donde a los médicos se les exige que para recetar medicamentos antimicrobianos tienen que disponer de recetarios “especiales”, sacar un permiso “especial” de la capital y ser muy “especiales” en prescribir para no contradecir el decreto que pretende controlar el uso y el abuso de medicamentos antimicrobianos que causarían resistencia bacteriana, al respecto, debemos ser frontales y claros al manifestar que: “la calentura no está en las sabanas”, el problema está en el uso y el abuso de la automedicación, la venta libre de fármacos, la falta de concientización de la población sobre el uso de antibióticos y más situaciones que deben resolverse con educación comunitaria y más intervenciones.
El “tortuguismo” se hace cada vez más evidente generado por el mismo centralismo, cuando llama poderosamente la atención que, para que se registre un título en Quito, de cuarto nivel y adquirido legalmente en el extranjero producto de un extraordinario esfuerzo económico y personal, se tiene que solicitar desde la SENESCYT en Cuenca o Azogues a la capital y esperar más de 45 días, para que en Quito estudien la posibilidad de inscribir un título legalmente ganado. Los descrito suma otro mal en el país de “Toda una Vida”: la “burocracia”. ¡Lo demás, bien gracias! (O)