Dolarización de hecho

Desconocemos si algún otro país del mundo ha llegado, en términos económico monetarios, a la condición de la Venezuela actual. Que el equivalente entre dólar y bolívar sea setenta y cinco mil, no se ha dado ni en caricaturas. Antes de que aparezca la moneda, en el siglo VII antes de Cristo, había otras formas de comercialización como el trueque; en nuestros días se da muy rara vez en la práctica y todos los Estados cuentan con su propia moneda. En el sistema monetario, el valor de la moneda está respaldado por los gobiernos, se dan fenómenos como la devaluación que es el deterioro de su poder adquisitivo, con relación a las monedas “duras” de Estados altamente desarrollados.

La gigantesca inestabilidad económica del país que comentamos, cuna política del Socialismo del Siglo XXI, ha llevado a que sus habitantes que están en condición de hacerlo, recurran a otras monedas sobre todo al dólar. Encuestas serias hablan de que entre el 40% y 50% de sus habitantes lo hacen, debido a la calamitosa manera de manejar la economía de sus gobernantes que han “madurado” en el descalabro. El profeta y líder Chávez, al igual que su maltrecho retoño, han hecho de los insultos al “imperio” el eje de su política. Ninguno de los males se debe ellos, todos provienen de la “perversa” Norteamérica, pero en la práctica es imposible eliminar al dólar por muchas medidas que tomen.

La estabilidad monetaria es fundamental para el funcionamiento de un país, su manejo calamitoso lleva a que se recurra a monedas más estables. En el caso de Venezuela, se está dando una dolarización de hecho, pese a políticas del gobierno que han cambiado de moneda, aunque manteniendo el nombre; hoy se denomina “bolívar soberano”. La dolarización en nuestro país fue tomada como para superar la galopante inflación. Han transcurrido 20 años y se mantiene. El anterior gobernante tuvo un chispazo de sentido común al mantenerla, pese a que la medida fue tomada por la odiosa e inepta “partidocracia”.