Libro de ecuatoriana, finalista entre un millar de obras en premio en España

«El mundo de arriba y el mundo de abajo» es el libro de la ecuatoriana Mónica Ojeda, que ha quedado entre los cinco finalistas de entre más de un millar de obras, que postularon a la VI edición del Premio internacional Ribera del Duero, cuyo fallo se conocerá el próximo mes, en España.

Además de la ecuatoriana, la Denominación de Origen Ribera del Duero y la Editorial Páginas de Espuma han anunciado que los otros finalistas proceden de España, Argentina y Bolivia.

En total postularon 1.079 obras de escritores de una treintena de países.

A la obra de Ojeda, se suman como finalistas «Vendrá la muerte y tendrá tus ojos», de la escritora y periodista boliviana Magela Baudoin, y «Ni aquí ni en ningún otro lugar», de la profesora y escritora española Patricia Esteban Erlés.

Además, «La claridad», del escritor argentino Marcelo Luján; y «Algunas hipótesis en torno al fin del mundo», del escritor español Ricardo Menéndez Salmón.

La Denominación de Origen entregará el próximo 24 de marzo el VI Premio Ribera del Duero en el Círculo de Bellas Artes, en Madrid.

«EL MUNDO DE ARRIBA Y EL MUNDO DE ABAJO»

Ojeda explicó a Efe que la obra con la que ha quedado finalista es un libro de relatos que se basa en leyendas andinas que tienen que ver con el chamanismo y la brujería, entre otros.

Se trata de «mitos y leyendas de los Andes llevados a la contemporaneidad, a situaciones más cotidianas con temas diversos como el feminicidio, el aborto, la filosofía de la música, la experimentación sonora, y mitos de la resurrección», enumeró.

La escritora comentó que hace muchos años escuchó hablar del gótico andino, quedó intrigada y emprendió investigaciones.

«A partir de eso, empecé a elaborar mis propias teorías sobre lo que sería la literatura gótica en los Andes, en las narraciones orales, los mitos que hay en torno a miedos comunales, como el miedo al incesto», indicó.

Ojeda, que vive desde 2017 en Madrid, explicó que el título de su obra finalista viene de un concepto de la cosmovisión indígena, de los Andes, relacionada «con la mirada de la mitología de los incas».

Ellos entendían un mundo de arriba y uno de abajo, aunque también hablaban de otro intermedio, pero «simplificado, sería lo que se entiende como el cielo y el infierno», resumió.