Nuevo balneario

Juan F. Castanier Muñoz

La implementación de una piscina en la cárcel de Turi, con motivo de las últimas festividades de Carnaval, nos ha dejado patitiesos a todos los ecuatorianos y, por esto de las redes sociales, a pobladores de todas las latitudes. Para empezar, no se trata de una piscina cualquiera, es una piscina enorme, según la presencia de “aros”, a lo mejor corresponde al tamaño de una cancha de básquet. Tiene trampolines habilitados, una profundidad adecuada, color azul turquesa y, no sabemos, a lo mejor hasta agua temperada, porque para lo que hasta aquí hemos visto, ya nada debe llamarnos la atención.
¿Cuánto se demoró en llenarse la piscina? ¿Dónde estaban los guardias mientras se llenaba la alberca? ¿Quién va a pagar la cuenta del agua correspondiente al mes de febrero en la cárcel de Turi? ¿Se aprovechó o no la ocasión para dar clases de natación a algunos de los internos que no sabían nadar?
Me pronuncio por analizar los hechos desde el ángulo técnico y financiero y, ¿Por qué no?, la posibilidad de instalar de manera definitiva la piscina, temperar el agua, darle el tratamiento adecuado y…ponerle a órdenes del público que, con un módico costo podría disfrutar de este inédito y singular balneario, cuyo nombre podría ser “Tras las rejas”. Las rentas obtenidas, obviamente, ayudaran a financiar el presupuesto del Centro y podrían convertirse en un interesante modelo de autogestión. ¡Veámosle por el lado amable!
También se ha descubierto, y con motivo del juicio “sobornos”, un laxante nuevo y efectivo. Lo ha puesto en práctica la fiscalía y consiste en haber obtenido las declaraciones de testigos que ratifican, con santo y seña, lo de las coimas. Estas declaraciones han provocado despeños diarreicos en los abogados defensores, acompañados de retortijones, seno fruncido, agresividad y elevación del tono de la voz. Si yo fuera uno de los abogados defensores de “la banda”, lo que haría es explicar que, si el dinero para las campanas no salió de las coimas, entonces ¡de donde carajo salió! Y punto: juicio ganado. Háganme caso y verán que hasta se mejoran de la diarrea, y Correa logra su anhelada candidatura. (O)