Abuso en condecoraciones

Hugo Lucero Luzuriaga

El tema nos induce a comentar, al conocer que el Presidente Moreno casi que marca un record nacional en imponer condecoraciones, que se conceden a todo nivel pasando por una gama de personajes e instituciones, lo que desvaloriza o pierde su real significado por un abuso de estas condecoraciones. En el país, este “reparto” se viene realizando desde hace muchos años atrás, desde en la misma escuelita hasta en los mayores poderes del Ecuador, condecoraciones, no en pocos casos, por ganarse simpatías, para borrar resentimientos, por parentesco, para conseguir algo y lo que es más llamativo para pagar favores, además que en muchas ocasiones no se analiza en forma sesuda e imparcial las razones suficientes para su entrega, incluso sus justificaciones y potenciales repercusiones para evitar caer en situaciones bochornosas como las conocidas en Cuenca como es el retiro de las condecoraciones a un sacerdote pederasta o a un “amigo de la “35” que cumple su condena por ser consecuente con sus compañeritos. También en nuestro medio no es tan infrecuente las entregas de condecoraciones al gobierno de turno u otros funcionarios por realizar una obra, una gestión, “un ofrecimiento”, cuando olvidamos que lo que hizo el personaje fue cumplir con sus obligaciones y por las cuales recibe los emolumentos, comenzando desde el mismísimo Presidente hasta el menor de los funcionarios.
No estamos en contra de las condecoraciones, lo que subrayamos es la desvaloración de estas por un abuso ejemplificado en la hasta hoy 61 entregadas por nuestro Presidente. Podemos estar equivocados en las justificaciones por desconociendo, pero, estamos más que seguros que se está como alguien ya lo dijo “prostituyendo” porque no siempre hay razón para una condecoración que tiene un enorme valor y significado para el congratulado como para la misma población. (O)