El poder de las masas

Viviana Bernal Estrada

Soy natal de mi Cuenca hermosa, habitante experimental de cuatro décadas en materia socio-cultural, política, económica y demás; testigo presencial de innumerables hechos; ciudadana del mundo; de un mundo social que se deja llevar por los hurones que en justo acecho aprovechan la oportunidad para dañar a alguien, a otro ciudadano como ellos, a otro ser humano como ellos, sin detenerse a pensar que el “del azar” queda indefenso ante la euforia de las masas.
Los compadres y las comadres bailoteamos entre agüita y espuma, por ahí uno que otro canelacito camuflado que cayó al pelo para el cuerpo tiritante; bonita noche, bonito evento y muy bueno el propósito de la autoridad en brindar un sano y divertido esparcimiento para la ciudadanía; sin embargo, entre la algarabía, llegó la ordinariez de quienes aprovecharon el momento para de manera alevosa atentar con engaños de juego a funcionarios que solo cumplían con su trabajo.
Es triste seguir siendo parte de una sociedad impulsada por la violencia en masa, un poder que contagia en mal a los incapaces de criterio, toma unos segundos decidir si se es parte o no de algo incorrecto, ofensivo y ruin. La alegría de una fiesta se convierte en gresca cuando somos indiferentes ante la violencia hacia el otro. Mi hermosa ciudad natal no puede ser escenario para los malos ciudadanos del mundo. (O)