Solsticios y Equinoccios

Tito Astudillo Sarmiento

La Tierra, en su continuo peregrinar alrededor del sol, hace un recorrido eliptico y asimétrico, asimétrico pues la órbita no es concentrica al Sol, provocando cuatro momentos o posiciones especiales a las cuales llamamos solsticios y equinoccios

Solsticio de solstitium, voz latina que refiere la idea del sol quieto, se corresponde con los puntos de mayor distancia del ecuador de la Tierra en su ruta alrededor del Sol; equinoccio de las voces aequus y nox, refiere los puntos en que el Sol marca su perpendicular sobre el ecuador de la Tierra y, la noche y el día son de igual duración.

Equinoccios y solsticios configuran las dimensiones espacio-tiempo en que se suceden los ciclos de la vida en el planeta. El solsticio de diciembre, la fiesta del Sol Invicto del antiguo Imperio Romano, la Navidad del mundo Cristiano, el ancestral Kapar Raymi de los pueblos andinos, es la fiesta de la renovación.

El equinoccio de septiembre, la fiesta andina del Kulla Raymi, la fiesta de la fertilidad de la tierra, marca el inicio de la primavera en el hemisferio sur y el otoño en el norte. El solsticio de junio, el Inti Raymi de los pueblos andinos, marca el inicio del invierno en el hemisferio sur y el verano en el norte.

Finalmente, el equinoccio de marzo, el Paukar Raymi de la tradición ancestral andina, marca el inicio del otoño en el hemisferio sur y la primavera en el norte, significa el inicio del año agrícola. La tradición judo-cristina asume la fiesta y la sincretiza en la conmemoración del Pesaj, la Pascua, que se traduce como paso o tránsito y simboliza la preparación para la libertad, el equinoccio es, por tanto, una oportunidad para renacer, para florecer y volver la mirada sobre los pasos que nos convocan a seguir nuestros propósitos renovados… (O)