Soldados de blanco

Edgar Pesántez Torres

En tiempos aciagos de la patria, el pueblo solía unirse alrededor de quienes los defendía. Esta época es una de ellas, igual de la que vivió un cuarto de siglo atrás, cuando el presidente Durán Ballén, Comandante en Jefe de las FF.AA, lideró con firmeza al tenor de la célebre frase “Ni un paso atrás”, en  la gesta del Cenepa  que hizo respetar su presencia territorial en Tiwintza.

 

Por entonces el Ecuador respaldó incondicionalmente a la institución armada  y elevó a la categoría de héroes a los que estaban en línea de fuego. La guerra se libró en  enero y febrero de 2019 y dejó 34 bajas. Todo el Ecuador ensalzó el valor y solicitó honores y beneficios para quienes defendieron nuestra tierra. Acabado el conflicto, se retornó a los cuarteles a cumplir otras funciones.

 

Ahora asistimos a un conflicto mundial, en el que combaten unos soldados de blanco, azul y verde contra de un enemigo microscópico y letal, que se ensaña con los más débiles y los de edad provecta. En favor de los contaminados y en resguardo de los acechados  esta soldadesca lucha sin cuartel, visibilizados solo por esta contingencia, cuando su combate y peligro son permanentes.

 

El primer militar de alto rango, Li Wenliang  que alertó a sus colegas del brote de un nuevo coronavirus 19 fue obligado a retractarse; no obstante, el 7 de febrero del 2020 sucumbió después de contraer la enfermedad que él presagió, a la edad de Cristo. Fue el primer oficial de blanco de esta guerra  que cayó y sólo su muerte hizo que se lo eleve a la categoría de héroe.

 

Los médicos de todo el mundo están en guerra contra el Covid-19, pero también contra cientos de distintos patógenos y sólo son examinados cuando corren la suerte de Li. Otros más han sucumbido y muchos están heridos aquí y allá, y siquiera pueden revelar su triste suerte  por el juramento de confidencialidad. Si el estratega militar Clausewitz dijo que la “paz es la continuación de la guerra por otros medios”; diremos que “la salud es la continuación de la guerra por otros medios…”

 

Un respaldo sonoro y apoyo brindaron los quiteños a los de blanco, la noche del 20 de marzo. El gesto debería ser imitado por todos los pueblos de la patria y en solidaridad mantenernos en aislamiento forjado, que puede ser para una condena o una oportunidad… (O)