El Gobierno ecuatoriano prevé un nivel de pérdidas por ingresos petroleros de 2.500 millones de dólares (2.287 millones de euros) y una caída de al menos el 4 por ciento del PIB en este año, debido al desplome de los precios del crudo y el impacto de la pandemia del coronavirus en la economía nacional.
“Los ingresos petroleros caerán en 2.500 millones ( 2.287 millones de euros) y el ingreso tributario en 1.800 millones más (1.646 millones de euros). La economía podría decrecer en más de 4 por ciento” del Producto Interior Bruto (PIB), aseguró el ministro de Economía, Richard Martínez, en un mensaje de radio y televisión.
El ministro insistió en un plan de “Resistencia, Reactivación y Recuperación” que ha diseñado el Gobierno para enfrentar lo que ha denominado la triple crisis “sanitaria, económica y social” que afronta el país.
Tras insistir en que el Ejecutivo ha desplegado unos 760 millones de dólares (695 millones de euros) en las adquisiciones sanitarias para atajar la expansión del contagio del COVID-19 en el país, recordó que ha empezado con el reparto de un “bono de protección”, por 60 dólares mensuales (54 euros) a un millón de familias pobres.
Sobre el plan de “reactivación y recuperación”, Martínez dijo que la economía del país no tiene la fortaleza de vecinos como Chile, Perú o Colombia, por lo que la respuesta para afrontar los coletazos de la emergencia sanitaria se sujetará a la realidad.
La dolarizada economía ecuatoriana, dijo, “no tiene espacio fiscal, no tiene ahorros públicos, no tiene reservas internacionales suficientes, no tiene acceso a los mercados y no puede expandir el crédito, si no recibe dólares de afuera”.
Por eso indicó que la reactivación dependerá de los recursos que se puedan obtener en el exterior (deuda), así como del esfuerzo colectivo y la “reducción del gasto público innecesario”.
No obstante dijo que, para brindar oxígeno a la población y a la empresa privada, cuya actividad se ha deteriorado por el aislamiento domiciliario, masivo y obligatorio, el Gobierno prevé diferir el pago de impuestos, implementar el teletrabajo, entre otras medidas.
Asimismo, se diferirán los pagos de los aportes patronales a la seguridad social y se crearán líneas de crédito de largo plazo y a tasas de interés que no superen el 2 por ciento, con el objetivo de “sostener los empleos”.
El Gobierno también promoverá acuerdos entre patronos y trabajadores para sostener el empleo en el país.
“Por ejemplo, para evitar despidos se podrán acordar nuevos salarios, se podrá acordar jornadas diferentes de trabajo, así como también extensiones de plazos y períodos de gracia para las deudas”, añadió el ministro.
Además, dijo que a las contribuciones que se ha solicitado a los trabajadores y empresas privadas, se pedirá un aporte del 10 por ciento a los empleados públicos que ganen más de 1.000, con excepción de los servidores de las áreas de salud, policía, fuerzas armadas y educación.
Sostuvo que cuando termine el régimen especial de “acuerdo entre las partes”, se deberían aplicar normas laborales permanentes para alcanzar el “crecimiento con equidad social”.
Todo el plan económico del Gobierno requiere del apoyo en la Asamblea Nacional (Parlamento), dijo Martínez tras recordar que Ecuador y el mundo “transitan por circunstancias excepcionales” con la presencia de un “enemigo invisible” como es el coronavirus.
“El camino es difícil pero, si todos apoyamos y cedemos posiciones, hay luz al final del túnel”, concluyó el ministro. EFE