Lo más fácil

Mario Jaramillo Paredes

Catorce millones de empleos, es lo que América Latina pierde en estos días, como secuela de la pandemia. Ese es el cálculo preliminar que hace la Organización Internacional del Trabajo. Estamos frente a una destrucción masiva de empleos- ha señalado la OIT- al mismo tiempo que ha insistido en la necesidad urgente de impedir que se sigan destruyendo  fuentes de ingresos de millones de familias que después de sufrir la pandemia entrarán en otra etapa de extrema gravedad ante la falta de trabajo.

En los momentos actuales y por un buen tiempo más, la preocupación fundamental debe estar centrada en preservar la salud de la gente y paralelamente atender las necesidades básicas de los sectores más vulnerables de la población. De aquellos grandes grupos humanos que por el aislamiento obligado no pueden salir a ganar el sustento diario.

Hay gobiernos de la región que están tomando medidas económicas acertadas para paliar la crisis. Que ven no solamente el problema actual sino que, como estadistas, ven lo que se viene.

En el Ecuador en cambio, el país fue saqueado en el gobierno anterior  que se llevó hasta los fondos de contingencia es decir los ahorros. Para remate las nuevas medidas van por el camino fácil de exigir sacrificios a los trabajadores y a las empresas que dan trabajo. Nada de recortar gastos en cientos de pipones y asesores con carros, choferes y lujosas oficinas. Nada de vender medios públicos ni empresas ineficientes. Nada de focalizar subsidios a combustibles que benefician a contrabandistas y narcos. Van por el camino de buscar dinero fácil y aplausos de las barras, golpeando a las empresas a los empleados y a los trabajadores y ahuyentando nuevas fuentes de trabajo. (O)