Luna de miel en pandemia

Juan F. Castanier Muñoz

Dos extrañas coincidencias se dieron en la legislatura en meses pasados, en las que, aunque por distintos motivos, votaron juntos socialcristianos y correistas. La una fue la no aprobación del proyecto económico urgente enviado por el ejecutivo a fines del 2019 y, la otra, el tristemente célebre salvataje de Diana Atamaint. En la semana pasada salen a la palestra, en plena pandemia, Rafael Correa por un lado y Jaime Nebot por otro y, más extraño aun, empiezan a “lanzarse flores”, en una especie de inexplicable “cortejo” político, y digo inexplicable, porque si bien se dice que en política se puede ver hasta “tostar granizo”, las relaciones entre los dos personajes, por lo menos hasta ahora, parecían absolutamente lejanas.

Correa ha dicho que Lenin Moreno debe renunciar a la presidencia y que si un líder, así sea de derecha, como Nebot, se hace cargo de manejar la situación del país, él lo apoyaría. Nebot ha dicho, en cambio, que ser correista no es un pecado. ¡Que alhaja, el señor Correa aún cree que “sigue repartiendo el naipe” en el país y que se encuentra en condiciones de definir cuándo debe renunciar un presidente de la república, quien lo debe reemplazar y si va o no a contar con su “valioso” apoyo! ¡La constitución y las leyes, al baúl de los absurdos! Y Nebot, entusiasmado por los cantos de sirena, sale a decir que los correistas son unos chéveres, aunque parece que sus asesores “ya le han hecho de ver” que “con amigos así, para que quiero enemigos”.

Con tanta información sobre el corona virus, la mayor parte de la población se encuentra más que enterada de los síntomas y signos que caracterizan a tan fea enfermedad. El intercambio de lisonjas entre Correa y Nebot puede ser una especie de plan B para la falta de certezas en que les tiene sumidos el panorama político, no estaría de más, sin embargo, que los epidemiólogos estudien las divagaciones electorales mencionadas, pues puede tratarse de una presentación atípica de la enfermedad, que vuelve amigos a los enemigos. En caso de que se compruebe el mal en los dos personajes, deseamos su pronta mejoría y su retorno a la normalidad.